Monasterio de la Inmaculada Concepción

El monasterio de la Inmaculada Concepción se localiza en la calle García Moreno y Chile, esquina noroccidental de la Plaza Grande en pleno centro histórico de Quito. Se le considera el más antiguo de la capital ecuatoriana.

¿Qué debes saber?

  • Forma parte de la famosa calle de las 7 cruces de Quito (García Moreno), el monasterio generalmente pasa desapercibido, pues la fachada de su Iglesia no se puede ver con facilidad al ubicarse en una pequeña calle peatonal (Chile), mientras sus imponentes paredes, no permiten comprender, los tesoros históricos y culturales que posee en su interior y que son resguradados por las madres conceptas de claustro, que por devoción no salen del monasterio, motivo por el cual sus rincones permanecen desconocidos, para la mayoría de quiteños.
  • Las madres conceptas mantienen el centenario oficio quiteño de confeccionar ropa para los Niños Dios que reciben misas en diciembre y enero, la tradición de proveer productos a los fieles que transitan las ajetreadas calles del centro y que mantienen la creencia, de que los shampoos, jarabes, hostias, vino, escapularios y denarios de la Inmaculada poseen beneficiosas propiedades. Y como no las tendrían, si hasta la fecha pueden escuchar el saludo de las conceptas "Ave María Purísima" que de vez en cuando algún quiteño responde "sin pecado concevida"
  • El monasterio de la Inmaculada Concepción (1577), junto a los monasterios de dominicas de Santa Catalina de Siena (1596), clarisas de Santa Clara de Asís (1596), de carmelitas del Carmen Alto (1653), de carmelitas del Carmen Bajo (1698) y de agustinas de la Encarnación de San Juan (1877), forma parte del ramillete de 6 monasterios de claustro femenino de Quito, del cual fue su precursor.

Iglesia del Real Monasterio de la Limpia Concepción de Quito

  • Las blancas y altas paredes de la calle García Moreno conducen a una de las siete cruces que dan nombre a esta vía, al costado de la cruz en la calle Chile se levanta el acceso principal a la iglesia, que tallada con piedra arenisca de la cantera del volcán Pichincha, luce un sobrio estilo neoclásico que se remata con un hermoso campanario. Sobre la cruz, en plena esquina el cuadro de la Virgen del Buen Suceso mira a Liberta, que majestuosa domina la Plaza Grande de Quito.
  • Si bien en la calle de las siete cruces, se levanta una imponente puerta de piedra y estilo barroco, originalmente puerta principal del templo, esta fue cerrada después del incendio de 1880. Entre los detalles que la decorán, una inscripción similar a la que se observa en la Casa del Alabado, reza: "Alavado sea el Santísimo Sacramento de María Concevida sin pecado original". La presencia de criptas se pueden alertar al observar inscripciones antiguas sobre el piso de piedra.
  • Con una sola nave, dispuesta en cruz latina, el interior de la Iglesia luce amplio y conduce la vista de los fieles hacia su dorado altar mayor, que si bien luce sencillo en comparación a los de la Iglesia de San Francisco y de la Compañia de Jesús; y al de la capilla de la Virgen del Rosario, logra integrarse perfectamente con el entorno para lucir en su lugar protagónico, a la Virgen de Quito, o Virgen de Legarda como la conocen los quiteños que la admiran en lo alto del Panecillo.
  • 5 elementos acompañan al altar mayor, los retablos de La Dolorosa y de Santa Mariana de Jesús, la hornacina de Santa Liberata, y las capillas de la Sagrada Familia y la de Cristo Rey, la Capilla del Calvario y de San Francisco, y las Capillas de Santa Teresa y la de Santa Inés
  • Justo donde convergen la nave y el transepto se aprecia el púlpito, hermosa pieza tallada en cedro con estilo barroco que sería “el más remoto de los conservados en Quito.”

Historia del Monasterio de la Inmaculada Concepción

  • Bajo los auspicios de la orden de San Francisco, del obispo fray Pedro de la Peña y del gobierno de la Audiencia, precedida por el presidente García de Valverde, se fundó el 13 de enero de 1577, apenas 43 años después de la fundación de Quito.
  • El clérigo Juan Yáñez fue uno de los más ansiosos por ver la fundación del convento, el cual debería prestar ayuda a los desposeídos, sin embargo no contó con suerte para ver su sueño en vida. A su muerte dejó tres mil pesos de plata para iniciar la obra.
  • El Gobernador de la Audiencia, licenciado García de Valverde, retomó la idea de Yáñez e inició una campaña para recaudar fondos en el vecindario y en el Cabildo de Quito. La recolecta y los tres mil pesos que legó el clérigo, fueron suficientes para iniciar la fundación.
  • Igualmente el obispo fray Pedro de la Peña hizo gestión ante la Audiencia para la fundación y consiguió que los regidores marcaran el sitio donde debía erigirse la edificación y la autorización para utilizar el dinero de un vecino de la ciudad fallecido llamado Pedro de Arroba.
  • La Audiencia resolvió poner el convento bajo la dirección y capellanía de los religiosos franciscanos en resolución al Provincial de San Francisco, fray Antonio Jurado quien tomó posesión de los predios de Alonso de Paz el 12 de octubre de 1575 y se dispuso a colocar una campana y una cruz en un altar preparado para ofrecer una misa.
  • No obstante la fundación se interrumpió y continuó hasta el 13 de enero de 1577 porque el obispo de la Peña se encontraba ausente y esto impidió el trámite de la licencia del Ordinario, requisito canónico. Esta razón llevó al Cabildo Eclesiástico a impugnar la fundación del convento. Además se presentó un disgusto entre el Obispo y la Audiencia pues ésta ordenó a los indios a trabajar en las minas de oro sin derecho a descansar en los feriados con el propósito de amortiguar el gasto de los vecinos mayores en la construcción de la edificación.
  • Se les reconoce con distinción en la fundación del convento a nueve religiosas (doña María de Taboada, doña Catalina Rodríguez, doña Francisca Xaramillo, doña María de Torres, doña Aldonza de Castañeda, doña Lucía Xaramillo y doña María Rodríguez, las otras como no tenían edad, fueron profesando a medida que iban cumpliendo la requerida) que inicialmente vivieron en condiciones precarias, por lo que en sesión del Cabildo del 14 de mayo de 1576 se decidió escribir al virrey don Francisco de Toledo con el fin de que asignase un presupuesto para el sustento de las religiosas.
  • Pero nuevamente el infortunio acompañó a las religiosas debido al incremento del personal que ascendía aproximadamente a cien en 1586. Esto les obligó a entrevistarse directamente con el rey en demanda de auxilio.
  • Felipe II más religioso que su padre, ordenó al virrey del Perú, el conde del Villardompardo, que entregara “mil pesos de minas de a cuatrocientos cincuenta maravadíes cada uno de renta cada un año y por tiempo de diez años en títulos de indios vacos de la dicha provincia de Quito” a fin de solventar las necesidades de las religiosas y de cubrir gastos que demandara la edificación.
  • Las conceptas de la Inmaculada debieron esperar hasta 1620 para cumplir con la tarea de edificar el mejor templo de toda la Audiencia de Quito, sobre las antiguas estructura de adobe con la que levantaron su iglesia provisional. Ya para 1625 gracias al aporte de las cofradías, las conceptas culminarían la última etapa de embellecimiento y ornato; y para 1640 culminarían la obra, que finalmente incorporaría al monasterio, un templo, espacios de los claustros, un coro y una capilla para acoger a las religiosas.
  • La impresionante majestuosidad logradas por el tesón de las conceptas y la devoción de los fieles quiteños se perdieron tristemente en el incendio de 1880, en el que se perdieron su techo cubierto y totalmente artesonado tallado en madera y dorado a mano, el presbiterio, así como elaboradas piezas que integraban los retablos laterales.
  • Este acontecimiento obligó a la reubicación temporal de las monjas en conventos cercanos y cambió tanto la ornamentación como la distribución del templo, durante los trabajos de restauración que iniciaron solo un año después y se extendieron por diez.
  • Es así como hoy la Iglesia de la Concepción permanece en pie, con cambios en su disposición y con la pérdida de la grandiosidad de la que había gozado originalmente.

Oficios tradicionales en la calle de las 7 Cruces

La calle García Moreno y Rocafuerte, inconfundible por el Arco de La Reina que marca la esquina del Museo del Carmen Alto y del Museo de la Ciudad, es el punto de partida para recorrer rumbo al norte, una ruta de oficios llena de sabores, recetas magistrales y sombreros.

  • Tienda del Carmen Alto. Al pie del Arco de la Reina, las madres carmelitas descalzas mantienen en la puerta de su museo una tienda donde comercializan los productos que fabrican al interior de sus conventos.
  • La Sombraría López. Luis López, a la altura de la calle Bolívar en el C.C. La Manzana, ofrece sombreros cordobeses, franceses, italianos, así como los ecuatorianos como los salasacas y saraguros.
  • Botica Alemana. Leonardo Puertas, en la esquina de la Calle Bolívar, mantiene esta botica que desde 1875 se estableció en Ecuador y que para 1914 era una las 13 farmacias que atendían en Quito.
  • Poncheros de carreta. Ángel Remache, lidera la "Asociación de poncheros de Quito La Magolita", en el que con más de 40 poncheros, mantienen vivo el oficio de venta de la tradicional bebida quiteña.
  • Espumillas de la Michelena. Cerquita de los poncheros, fácilmente encontrarás a las espumilleras, que con la misma elegancia, rondan la Plaza Grande. Magdalena Moya, a media cuadra de la Plaza Grande, mantiene desde hace más de 50 años su local de Espumillas de la Michelena, conservando el nombre del barrio donde empezó su negocio. 
  • Tienda del Carmen Bajo. Las madres carmelitas una cuadra más al oriente de la Plaza Grande, en la calle Olmedo y Venezuela mantienen la centenaría tradición de venta de vino de consagrar, jarabes para la tos, el hígado graso, la gastrítis, en cremas tienen la rosada, para la hermorroides, la artritis y las várices y hasta un jarabe para la memoria.
  • Tienda de la Encarnación de San Juan. Las madres agustinas siete cuadras al norte de la Plaza Grande, en la calle Benalcazar y Carchi, junto a la Basílica del Voto Nacional, también tienen su tienda. Famosas son sus líneas de repostería con manjares quiteños que mantienen los sabores tradicionales de los pasteles, moncaibas y chocolates coloniales, así como su línea cosmética que con agua de rosas y champús de romero, le ha permitido mantener por siglos a una fiel clientela.

Si te gustó el turismo religioso de Quito, recuerda que las iglesias del Centro Histórico incluyen 60 templos entre conventos, monasterios, capillas repletas de expresiones de la Escuela Quiteña de Artes, que puedes visitar en diferentes rutas, como la de los monasterios de claustro femenino, las de la Calle de las siete cruces, la de la competencia de los 10k de la ruta de las iglesias, la de los belenes y pesebres navideños y las de arte colonial. Si estás de paso por Quito, no pierdas la oportunidad de visitar estos lugares turísticos de Quito, recuerda que son imperdibles las visitas a la Catedral Metropolitana, San Francisco, La Compañía de Jesús, Basílica del Voto Nacional, El Sagrario, San Agustín y Santo Domingo




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