Banda de Música en Baños

La Banda de Música en Baños, una forma tradicional que se festejaban las fiestas en honor a la Virgen de Agua Santa.

La Banda de Música

Es octubre, las fiestas en honor a la Virgen están en auge. Las bandas de música ponen la nota de alegría con sus ritmos. Según el barrio y la calidad de sus compases, sabemos la procedencia de la banda. Es ya el medio día y las campanas tocan alegremente a regocijo. De pronto se escucha a lo lejos una canción conocida: "El mar y el cielo parece que se unen y en la distancia se ven igual de azules". Se trata entonces de la banda municipal de Baños porque esa pieza musical se ha convertido en su insignia, es la que mejor la entonan y en la que ponen todo su esfuerzo para acompasar correctamente las notas.

Antes de bajar al Santuario de Baños se han reunido todos en el pórtico del Concejo. Cada uno va ocupando el puesto que le ha sido asignado y a la señal del bombo comienzan la marcha; sincronizadamente y con paso elegante bajan por la mitad de la calle Real, lucen su elegante uniforme: pantalón plomo con una franja lateral azul, chaqueta azul con brillantes botones dorados, una correa que ciñe la chaqueta a la cintura y una cristina del color del pantalón, la vista al frente sin mirar a los costados, concentrados tan solo en la cadencia de la marcha, bajo la guía de su instructor que ubicado en un costado, va agudizando su oído para saber quien desentona y corregirle al instante.

La banda se ha formado con baneños aficionados a la música, que al llamado del Presidente del Concejo, don Heriberto lácome han acudido voluntariamente para formar parte de este proyecto. Hay una diversidad de edades, pero todos llevan en su espíritu el don de crear la belleza a través de los instrumentos musicales y deleitar con el inagotable encanto de una melodía.

Cada noche, en los bajos del Concejo, se oye tararear las canciones con incansable aliento y tenaz voluntad hasta que los instrumentos se armonicen.

Los sábados por la noche, en Ia mitad del parque Palomino Flores, nuestra banda nos complace con galantes retretas que alborozan el ambiente y nos trasladan a mundos inefables. Pasillos, sanjuanitos, valses, pasodobles, yaravies son interpretados con elegante acento y simétrica acorde bajo la batuta de quienes fueron sus directores: el "gringo" Avenatti, el maestro Rivadeneira y el maestro Julio Saá. 

En los desfiles del 24 de Mayo y del 16 de Diciembre, la banda va a la cabeza, abriendo con su donaire las manifestaciones patrias y en cada fiesta cívica y conmemoraciones están ahí presentes, para deleitarnos con sentidas armonías. Pero como todo proyecto, cuando se trata de algo intangible como es la belleza y el intelecto, no es apreciado por ciertos hombres de sentimientos insanos. La banda no recibió el apoyo requerido y se fue desintegrando, sus instrumentos fueron a parar en las bodegas del Concejo de donde iban desapareciendo poco a poco hasta reducirse a la nada. 

Solamente nos queda recordar con mucha admiración a quienes buscaron hacer de la música lo más sublime y compartir con su pueblo sus habilidades y conocimientos, al transmitirnos lo delicado y exquisito que guardan las manifestaciones del alma.

Aquellos fueron: Angel Acosta, Angel Ríos, Segundo Veiasteguí, Víctor Moya, Román Rios, Francisco Naranjo, Bolivar Orquera, Gonzalo Reyes Miranda, Miguel Guevara, Néstor Pineda, Jorge Villamarin, Miguel Rios, Enrique Pineda Arias, José Iza, José Vieira, Víctor Acosta, Eduardo Guevara, Eugenio Barrionuevo, César Reyes, Angel Muñoz, Luis Saián, Angel Vásconez, Remigio Martinez, Angel Mayorga, Mesías Vlliacrés, Alfredo Alvarez, Jorge Aliro Alvarez, Héctor Miranda, Jacinto Guevara y Luis Vieira. Formaron parte también, en sus últimos tiempos, Luís Moya, José Benjamin Rodriguez, Maximiliano Acosta, Manuel Hernández, Angel Salazar y Angel Salazar, hijo.

Autor: Rodrigo Herrera Cañar




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