1952. Esposa - Julio Jaramillo

Julio Jaramillo hace sus primeras presentaciones en Radio Cóndor. Conoce a Carlos Rubira Infante, que le enseña a cantar, y a dúo cantan Esposa, su primera grabación
  • en 1955, JJ se casa con María Eudocia Rivera, antes de haber cumplido 20 años.
  • en 1963, JJ conoció a Nancy Arroyo Henao, quién sería su viuda.

Esposa

Letra de Julio Jaramillo

Quiero que seas feliz mientras yo viva 
y que no tengas, ni un dolor siquiera 
Yo te daré mi amor para que vivas 
como una flor, en plena primavera 
en plena primavera 

Yo cuidaré de ti, cual jardinero 
porque seré agua fresca que te riegue 
No he de ser yo quien te dará una pena 
ni he de ser yo quien el amor te niegue 

Quiero que seas feliz mientras yo viva 
y que no tengas, ni un dolor siquiera 
Yo te daré mi amor para que vivas 
como una flor, en plena primavera 
en plena primavera 

Que no me quieras, que no me comprendas 
de eso la culpa sólo es de mi suerte 
Yo que te quiero tanto y te comprendo 
te guardaré en mi pecho hasta la muerte


La mujer que más amó a Julio Jaramillo

Nancy Arroyo Henao, el 9 de febrero de 1978 se convirtió en la viuda de Julio Jaramillo Laurido. Murió, pero sigue vivo y cantando para su pueblo, para su viuda que habla de él como si en cualquier momento fuese a llegar de una gira demasiado larga, pero no es así. 

Aunque le han adjudicado varias nacionalidades. Hace 65 años nació en Guayaquil, sin embargo, sus padres –guayaquileño y colombiana, artistas de radio, teatro y televisión– a sus seis meses, la llevaron a Caracas donde residían.

Nancy Arroyo es la viuda de un gran artista que murió pobre. Tuvo casa pero por una operación se vio obligada a venderla. No tiene seguro médico. Ni goza de un montepío. Ningún gobierno, local o nacional, le ha otorgado una pensión ni donado nada. Su única condecoración, impuesta sobre su corazón, es ser la viuda de Julio Jaramillo. Aquella que emocionada dice: “El pueblo siempre ha amado a Julio, es en realidad el que lo sigue haciendo inmortal porque sigue recordando sus canciones”.

Vive en un pequeño departamento que su hijo Julio Jaramillo Arroyo, cantautor, le alquila. Las paredes están cubiertas de afiches y fotos de JJ. Todos los días ella escucha las canciones de su esposo.

Su historia de amor con Julio Jaramillo comienza en 1963, en Caracas. Ella tenía tan solo 16 años y él, 28. Su padre, Alfonso Arroyo, ya había muerto, su madre era viuda, como ahora ella. Nancy y sus hermanas, a veces, eran requeridas como modelos. Julio quedó prendado de Nancy en un estudio. La fotografiaban para la portada de un disco. Enseguida la invitó a salir, ella se negó porque no lo conocía. “Yo era una niña, no escuchaba boleros, sino a Elvis Presley”, comenta. Pero él investigó quién era, fue donde trabajaba su madre como animadora de espectáculos. Ella, que era su fanática, lo invitó a almorzar y él empezó a frecuentar su casa. “A la siguiente semana yo estaba enamorada, fue rápido, no tenía tiempo que perder”, evoca.

Cuando Jaramillo confesó su interés por Nancy, su madre se negó porque sabía que en Ecuador estaba casado. “Tuvimos que volarnos y solo nos casamos por lo civil –cuenta Nancy–. Anularon ese matrimonio y me obligaron a volver a la casa. Yo tenía 17 años. Ahí fue cuando le compuse Quería conocerte”.

Para que Julio no la encontrara, los Arroyo se mudaron a Puerto La Cruz. Julio partió a una gira por Centroamérica y Colombia. En Bogotá se encontró con un periodista que frecuentaba a los Arroyo. Con Nancy, él se aprendió la canción y se la cantó: “De paso en la vida/ Me detuve al verte/ Quería conocerte/ Pero nunca, nunca/ Llegar a quererte/ Hoy me he dado cuenta/ Del amor tan grande/ Que a ti te he entregado/ Aunque solamente quería conocerte”. Le contó que Nancy se la había escrito a él, Julio quedó impactado.

Al regresar a Venezuela, ella logró comunicarse con el cantante que todos los miércoles viajaba a Puerto La Cruz, se encontraban a escondidas. Cuando Nancy cumplió su mayoría de edad, regresó a vivir con él a Caracas. Fue una relación de 13 años, vivieron en Venezuela y México –donde Nancy estudiaría periodismo– y en otros países hasta que en 1976 regresaron a Guayaquil.

Cuenta Nancy que en Venezuela un candidato a la presidencia le propuso a Julio, quien era un ídolo de gran arrastre, acompañarlo y cantar en su campaña, le prometía un cargo ministerial, pero debía nacionalizarse. Un día antes de jurar la bandera venezolana, Julio llegó a casa con una botella de whisky y escuchando música ecuatoriana, le confesó tristísimo: “Mañana voy a renunciar a mí país”. Pero al final de la noche decidió no hacerlo. Qué bien porque cuando retornó a Guayaquil: “Él nunca esperaba que el pueblo se volcara a recibirlo en esa magnitud”, asegura Nancy Arroyo.

¿Y cómo era Julio Jaramillo fuera de los escenarios?

Era muy bromista. Todo el día me tenía muerta de risa porque de todo hacía un chiste –dice medio sollozando–. Era muy colaborador. Le gustaba cocinar. Era más ordenado que yo. Cuando no había quién lo hiciera, planchaba su camisa, su terno. Era un hombre muy sencillo, no era de poses ni renombre. Él era simplemente Julio para su gente. Pero se han escrito muchas cosas erradas. En mi casa no se encontraba una botella de licor. Al menos que lo invitara algún amigo, venía tomado. No era un borracho empedernido. Mi esposo no murió por eso. Muere porque lo operan por cálculos a la vesícula, se complica y le da un paro respiratorio, uno renal y otro cardiaco. El paro cardiaco lo mata”.

Cuando muere, Nancy con supremo dolor le compone dos canciones: Amándote todavía y Sin consuelo. Disco grabado en 1979, en voz de Ana Piedad, con el acompañamiento de Bolívar Lara y su conjunto.

Ella también escribió –además de la novela: Mi padre a la izquierda, yo a la derecha– otras canciones como: Agonía de una madre, a Polita Laurido cuando estuvo enferma. Julio no se atrevió a grabarla porque era muy triste. Olimpo Cárdenas la grabó en 1978.

Pero JJ sí grabó Quería conocerte y le compuso a Nancy varias canciones, entre ellas La noche quedó atrás porque en México, Nancy le descubrió una infidelidad, lo abandonó y regresó a Venezuela.

Cuando recuerda que Julio, enfermo de la vesícula, le era doloroso cantar a veces lo hacía inyectado, ella se quiebra. Cuenta que lo último que él le dijo fue: “Si yo llego a morir, cuídame mucho a mi hijo. Yo ya era cristiana desde hace meses, él aceptó al Señor, él se fue salvo, él se fue directo al cielo”, expresa con cierta tranquilidad.

Ese sábado, Nancy Arroyo expresa que su esposo murió pobre porque antes no existían leyes como las actuales que amparan a los autores, intérpretes y artistas que participan de una obra. Indignada, cuenta que ahora la gente utiliza el nombre, las fotos y las canciones de Julio Jaramillo para hacer dinero y no pagan los derechos.

Es la viuda de un inmortal. A ella le pregunto cómo quiere ser recordada y dice: “Como la mujer que más amó a Julio Jaramillo”.

Julio Jaramillo Música

  • Su primer éxito lo cantó junto a Fresia Saavedra, Mi madre querida.
  • Luego de eso vendrían los célebres Fatalidad, Guayaquil de Mis Amores, Sombras, Nuestro juramento...
  • La obra de Jaramillo es tan extensa que el cálculo de su producción no fue posible sino hasta que su mayor coleccionista en el mundo, Yoshinori Yamamoto, revelara que había logrado recopilar más de 4.500 grabaciones.



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