Letra, Esposa Julio Jaramillo

Julio Jaramillo fue un muchacho de barrio que supo calar en el gusto de su pueblo. Vivió desordenadamente, con exceso en lo que se refiere a las mujeres y el licor. En 1955, JJ se casa con María Eudocia Rivera, antes de haber cumplido 20 años.

Quiero que seas feliz mientras yo viva 
y que no tengas, ni un dolor siquiera 
Yo te daré mi amor para que vivas 
como una flor, en plena primavera 
en plena primavera 

Yo cuidaré de ti, cual jardinero 
porque seré agua fresca que te riegue 
No he de ser yo quien te dará una pena 
ni he de ser yo quien el amor te niegue 

Quiero que seas feliz mientras yo viva 
y que no tengas, ni un dolor siquiera 
Yo te daré mi amor para que vivas 
como una flor, en plena primavera 
en plena primavera 

Que no me quieras, que no me comprendas 
de eso la culpa sólo es de mi suerte 
Yo que te quiero tanto y te comprendo 
te guardaré en mi pecho hasta la muerte

¿Pero quién fue este hombre que murió en la pobreza y el olvido y en cuestión de minutos aglomeró alrededor de su cadáver a todo un pueblo?

Fue un hombre lleno de debilidades y virtudes como cualquier ser humano, que tuvo el don de cantarle al amor como ningún otro lo hizo en Ecuador, y quizá en Latinoamérica.

Procreó 27 hijos de siete si se tiene en cuenta que su padre, Pantaleón Jaramillo, trajo 40 hijos aunque sólo Julio, Pepe y una niña que falleció a los 5 años fueron hijos de su matrimonio con Apolonia Laurido, descendiente de jamaiquinos y quien enviudó dos días después de la muerte de la niña porque el padre que era sastre y marmolero decidió hacerle la cruz a la pequeña, con tan mala suerte que al desmoldarla le cayó encima lo mató.

Era el 2 de abril de 1941 y Julio Alfredo que había nacido el primero de octubre de 1935, en Guayaquil, Ecuador, tenía apenas 6 años cuando quedó huérfano de padre y en extrema pobreza.

MUJERIEGO Y BEBEDOR

Julio Jaramillo fue un muchacho de barrio que supo calar en el gusto de su pueblo, pero vivió desordenadamente, con exceso en lo que se refiere a las mujeres y el licor.

Pero el destino ya tenía previsto que él y Pepe serían músicos. Lo llevaban por la sangre de su madre y frente a su casa se pasó a vivir Ignacio Toapanta, un profesor de música que se encariñó con ellos, los dejaba jugar con sus instrumentos y les enseñó a tocar guitarra. El inquieto Julio le tomó tanto cariño que construyó una con caña para poder tocar en su casa. Cuando terminó su tercer grado lo matricularon en la escuela que dirigía Francisco García Avilés, autor de la letra del pasillo Guayaquil de mis amores. Quizá ese fue el empujón definitivo en la carrera musical de Julio.

Cuando Pepe, el hermano de Julio cumplió 15 años se ganó un concurso radial cuyo premio era una presentación en un centro nocturno y este hecho fue el inicio de su carrera artística; pese a ello Pepe fue disciplinado, terminó sus estudios y más tarde en Colombia siguió una carrera de filosofía y letras, se convirtió en educador y olvidó el canto. No sucedió lo mismo con Julio que quiso emular a su hermano, pese a que éste lo desestimulaba. Julio abandonó sus estudio y se volvió mujeriego y bebedor.

Con el auge del banano ecuatoriano los músicos se volvieron prósperos y esa bonanza coincidió con el comienzo de la carrera de Julio. En una ocasión por enamorar a una mujer de un ex policía estuvo a punto de recibir un tiro. A los 18 años alquiló una pieza para vivir con una chica llamada Irene. Con ella tuvo a su primer hijo que murió a los ocho meses. En esa época él trabajaba en una zapatería, mientras seguía insistiendo por volverse cantante, sin resultado positivo.

LOS COMIENZOS

Pantaleón Jaramillo, el padre de Julio, tuvo 40 hijos en diferentes mujeres. En cambio su madre, Apolonia Laurido, fue una mujer abnegada.

Solía frecuentar La lagartera, una esquina donde hoy todavía van músicos a ofrecer serenatas a cambio de unas monedas. Poco a poco la gente del medio artístico se fue acostumbrando a su presencia. Primero le permitieron que los acompañara con la guitarra y luego, a regañadientes, lo dejaban cantar. Su primera intervención la hizo en Radio Cóndor. Allí conoció a Rosalino Quintero, quien se convertiría más en su compañero de fórmula, su arreglista y quien le tocaba la guitarra y el requinto.

Participó también en Radio América y cuando salía de allí se iba para El Cajón, cantina de renombre entre artistas. Allí su hermano le presentó a Carlos Rubira Infante, quien le enseñaría a cantar.

En Radio El Triunfo conoció a Julio Morante quien le presentó a Odalina Sánchez de quien se enamoró y con la que se fue a vivir enseguida al departamento de Morante. Y aunque Julio rompió con Irene ella se quedó viviendo con la madre de Julio llamada doña Polita. Odalina le dio un hijo llamado Francisco nacido el 9 de marzo de 1955, pero Julio dio la primera gran sorpresa de su vida al casarse dos meses después del nacimiento de su hijo y sin haber cumplido los 20 años, con María Eudocia Rivera, una chica que cantaba y que conoció en una emisora y que tenía cuatro meses de embarazo. Aún casado siguió con Odalia y tuvo dos hijos más con ella. Él solo era fiel a una cosa: la música.

Se cree que en 1952 Julio grabó la marcha Nuestro líder para el político Carlos Guevara, del cual se imprimieron 12 acetatos. Esa experiencia lo motivó para buscar a la cantante Fresia Saavedra para proponerle que cantaran juntos. Impresionada por la determinación del jovencito aceptó grabar con él en 1955 el yaraví Mi madre querida y el pasillo Mi corazón, acompañados por Rosalino Quintero en la guitarra. Aunque el disco no tuvo éxito grabó con su maestro Carlos Rubira Infante el pasillo Esposa.

Pero fue un pasillo titulado Fatalidad que ya había grabado Olimpo Cárdenas exitosamente con discos Victoria en Medellín, el que lo catapultó a la fama en marzo de 1956. Cuando le propusieron grabarlo en Ecuador le pidieron cantarlo igual, pero él respondió: »No, lo voy a hacer mejor». En vez usar la guitarra Rosalino Quintero utilizó el requinto y le dieron un ritmo entre vals peruano y ecuatoriano. Desde el primer día que salió al mercado fue un éxito y en una semana se vendieron 6 mil copias y tuvieron que reimprimirlo. El éxito fue tan arrollador que al finalizar 1956, Julio ya había grabado una docena de discos para el sello Onix. Te odio y te quiero, Hojas muertas, Elsa y Carnaval de la vida fueron las más populares, aunque Nuestro juramento del puertorriqueño Benito de Jesús que Rosalino convirtió en bolero, tuvo un éxito especial. Casi todos los discos se enviaron a Lima, Perú y opacaron la fama que Fresia Saavedra había cosechado en años.

Julio se caso con María Eudocia Rivera, su primera esposa, cuando ésta tenía cuatro meses de embarazo.
Hacía dos meses otra amante suya le había dado un hijo.

Al poco tiempo de recibir una remesa de discos en México la disquera Peerles se interesó por Julio que casi de inmediato tuvo que hacer giras de concierto por Perú y Chile. A Colombia llegó por primera vez a Cali donde se reencontró con su hermano Pepe que dos o tras años antes había emigrado. En los intervalos de sus viajes Julio cantó en los cines de Guayaquil, pues era costumbre que un artista se presentara antes de una película. Fue tal el éxito que inicialmente cantaba los sábados y domingos y tuvieron que extenderle el contrato para que cantara toda la semana dos veces por día.




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