1579. Aparición de San Jacinto de Yaguachi

Yaguachi Nuevo nació  de la leyenda del milagroso "Lienzo de San Jacinto". 

La fina pintura en tela de algodón, según cuenta la leyenda, la trajo un maderero que vivió varios años en Polonia, tierra natal del santo. El lienzo solía esfumarse y luego aparecer colgada de un árbol, justo donde hoy queda la gran Basílica del hermoso cantón.

Según Francisco Requena, escritor español del siglo XVI y autor del libro "Tradiciones americanas", San  Jacinto falleció de causas naturales en 1257, fue beatificado en 1527 y canonizado en 1597.

El expárroco de Yaguachi, Roberto Pazmiño, señala en su libro "El santo andariego" que en 1579 llegaron de Europa a Guayaquil los diez primeros dominicos españoles, quienes estaban encargados de administrar los santos sacramentos y oficios divinos a los habitantes del puerto principal y sus comarcas vecinas, que incluía a Yaguachi, que en aquella época era parroquia de Guayaquil. Por ende, la existencia del santo fue predicada a los pocos pobladores.

“Posteriormente, los dominicos asignados a Yaguachi son trasladados a Chongón y el culto y veneración a San Jacinto se hizo más grande”, indica el escritor. 

En ese entonces se habló de la aparición de un lienzo que contenía la imagen de San Jacinto y que colgaba de un frondoso árbol de pechiche. 

Raúl Sánchez, escritor ecuatoriano y autor de varias obras, manifiesta que la historia de la aparición del lienzo inició tras la llegada de un maderero a estas tierras. Este vivió muchos años en Polonia y trajo entre sus cosas un hermoso lienzo de algodón en el que estaba plasmada la imagen de San Jacinto. 

Sánchez explica en sus libros "Antesala de la independencia" y  "Yaguachi, escenario de luchas, historia y milagros", que los relatos del escritor español de la época colonial, Francisco Ocampo, en su obra "Leyendas y tradiciones de la Costa ecuatoriana", dan cuenta de que la imagen fue pintada en 1570. 

El maderero acostumbraba a viajar desde Guayaquil a Yaguachi Viejo. Cuando llegaba la noche  solía acampar cerca de una espesa montaña y de un canuto sacaba la  pintura y la colocaba en un árbol de pechiche. Luego, junto a los pocos moradores del sector, se arrodillaba a orar. 

Sin embargo, cuando se retiraba del lugar guardaba el lienzo en su canuto, pero desaparecía inexplicablemente. Minutos después lo hallaba colgado en un árbol de pechiche. Tiempo después, el maderero decidió donarlo al templo de San Antonio de Padua en Yaguachi Viejo. 

La historia del lienzo también  fue escrita por el italiano Antonio Mitalli, expárroco de Yaguachi Nuevo  entre 1887 y 1891. La obra, llamada "Rasgos de la aparición milagrosa de San Jacinto", relata la visión del lienzo, la misma que fue publicada en 1888.

En sus escritos, el clérigo indica  que el árbol estaba en un sitio montañoso, a siete kilómetros de distancia del río Babahoyo, siguiendo el cauce hacia arriba del río Yaguachi, justo donde hoy está asentada la Basílica Catedral.

El lienzo luego de ser donado por su dueño a la iglesia siguió perdiéndose, pero una vez cuando fue encontrado por  unos vaqueros, el padre doctrinero de ese entonces  organizó una procesión en la que lo trasladó hasta la capilla del poblado, pero la pintura también se esfumaba y aparecía en el frondoso árbol de pechiche. 

Durante muchos años el árbol de pechiche fue un sitio de peregrinación y milagros. Más tarde aquí se construiría  una pequeña ermita que acogería ruegos, plegarias y agradecimientos condensados por una oración clamada por cientos de peregrinos que hasta aquí acudían.

Fiestas en Yaguachi

  • 21 de julio, Cantonización de Yaguachi.
  • 16 de agosto, Fiesta Patronal de San Jacinto de Yaguachi.  
  • 12 de octubre, Día de la raza.

Fuente

  • Lcdo. Raúl Saches Mendoza
  • Germania Salazar
  • http://www.extra.ec/ediciones/2012/08/15/cronica/el-lienzo-divino-de-yaguachi/



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