Observación de Gallos de la Peña y Tayos en la cascada del Puma

Te ofrece un recorrido por senderos y hermosos lugares.

¿Qué debes saber?

Iniciativas de Turismo Comunitario en la zona baja y caliente del valle del Río Intag, ya integrado al Guayllabamba a su paso por la comunidad. El guía que me llevará de excursión a conocer la Cascada del Puma, un pequeño rincón del paraíso en esta zona de Ecuador tan rica y atractiva.

Durante aproximadamente una hora ascendemos vertiginosamente por la pista lastrada que nos lleva hasta una finca propiedad de la familia de Don José. Allí dejaremos la moto para seguir a pie por un sendero que continua trepando la montaña durante una hora y media más a ritmo tranquilo. Conforme ascendemos monte arriba se abre ante nuestros ojos las laderas contiguas del valle que, pobladas de frondosos bosques, nos obsequian con un verde subliminal.

Don José, formado y experimentado en la observación de aves, me llama la atención sobre algunos de los hermosos ejemplares de aves con plumas multicolor que se cruzan en nuestro camino. Una orquídea con flores que parecen caras de marcianos tristes pero algo presumidos nos barra el paso pidiendo como arancel una fotografía que apacigüe su presuntuoso ego.

La cascada del puma

El rugir de la cascada acecha y se torna ensordecedor conforme vamos acercándonos. Entre el velo de vegetación se atisba la monumental cascada que espera agazapada tras una arista a ser descubierta.

La cascada del puma tiene  50 metros de altura que descienden por un canal excavado durante miles de años por la fuerza del agua hasta el punto de penetrar en las entrañas de la roca y caer a una gran poza que se rompe más adelante por una nueva caída y así hasta seis veces creando un sistema de saltos de agua sobrecogedor, aunque desde el punto donde observamos, no se aprecia la magnitud del resto de saltos de agua.

Dicen los Taytas de estas tierras que las cascadas son centrales de reciclaje de energía y que bañarse en ellas nos limpia el alma y regenera el corazón. Bañarse en esta poza es impensable por el riesgo que trae la fuerza del agua que empuja río abajo, pero ciertamente que aquí se respira una energía que se siente con fuerza en el corazón.

Gallos de la Peña 

los Gallos de la Peña (Rupícola Peruviana), en la finca un campechano lugareño que amablemente nos abre las puertas de su lindero a pie de carretera para subir unos tres cientos metros de camino hasta un lugar específico donde esta ave del paraíso se reúne todas las mañanas antes de seguir su camino en busca de comida. las parejas de aves de color rojo intenso, cola larga y cabeza cuadrada que son una auténtica maravilla. Podras contemplar sus ágiles y graciosos movimientos arriba y abajo por las frondosas ramas.

Los Tayos

Tayos (steatornis caripensis), un ave nocturna que descansa aquí buscando el refugio de la luz y la frescura de sus aguas para retomar fuerzas hasta que caiga de nuevo la noche.

Cultivos

Podras visitar haciendas en las cuales encontraras:

Yuca, café, cacao, papa, papa china, zanahoria blanca, pitahaya, piña, fréjol, arveja, frutales, plátanos, sábila, tilapias, chanchos, gallinas, cuys, patos, ocas y conejos.

En medio del platanero sobresale un árbol muy especial. Alberga una casa en lo alto de su copa que, aunque ahora está abandonada, está a la espera de ser reformada para cobijar de nuevo a turistas ávidos de nuevas experiencias.




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