Aguas de sanación en Ecuador

Desde tiempos remotos, el agua ha sido un elemento clave de sanación, de purificación, de energía... Ecuador, y su sorprendente geografía, guarda rincones mágicos en los que el agua es la protagonista.

¿Qué debes saber?

  • Árboles centenarios, bosques nublados, aves, plantas y animales únicos en su especie, parajes de ensueño.
  • Mientras la vida sucede entre estos lugares sorprendentes, el agua corre acarreando su poder y gracia. Brota burbujeante desde el suelo o, por chorros, se abre paso entre las altas piedras de un peñasco; recorre rápido la tierra, mientras florece todo a su paso.
  • Desde tiempos remotos, el agua ha sido fuente de vida y sanación, y su presencia benéfica es parte de todas las culturas y de nuestra sorprendente geografía.
  • Para el mundo andino, en general, el suceso de la vida parte del agua y de la tierra, presentes en todas las celebraciones tradicionales de los pueblos y las nacionalidades indígenas de Ecuador.
  • Detrás de este misticismo crece el turismo de sanación, que pretende ir en busca del manantial que aliente una cura a enfermedades y, para muchos, la longevidad y la energía.

Energía y purificación 

¿Quieres una limpia para recibir todo el coraje, la resistencia y la fortaleza? Te invitamos a visitar la sagrada cascada de Peguche, ubicada a cinco minutos de la ciudad de Otavalo y en medio del Bosque Protector que lleva el mismo nombre.

La energía de los árboles penetra por nuestras narices, purificando nuestros pulmones. El sonido del agua contra las rocas se fortalece con cada paso. El pequeño recorrido nos lleva hasta los pies de la cascada: las gotas, como chispas juguetonas, mojan los rostros de los visitantes fascinados. 

Es imposible no maravillarse con la formidable caída de agua. Mientras algunos prefieren contemplar cómo discurre la vida por la vertiente de 18 metros de alto; otros, un poco más valientes y llenos de fe, se despojan de la mayoría de sus ropas para entrar al agua helada, que viene desde las faldas del volcán Imbabura

El gélido líquido que cae sobre la piel induce una modificación en los vasos sanguíneos cutáneos, lo que mejora la circulación. Además, la fuerza con la que rompe sobre los cuerpos comprime y descomprime los músculos, los masajea, dejando un inédito efecto energético. Aunque en cualquier época del año es posible bañarse en la cascada, el 20 de junio a la medianoche, cientos de personas acuden hasta allí para ser parte del ritual de purificación y recibir con buenas vibras la fiesta del Inti Raymi

Sensaciones por todo lado 

Las poderosas aguas frías no son las únicas que prometen sanación. De entre las rocas del suelo volcánico, podemos encontrar burbujeantes ojos de agua hirviendo, salidos desde el centro de la Tierra, cerca del magma que descansa en el corazón de la montaña: un regalo de la naturaleza a la humanidad. Las termas de Papallacta son un edén en medio del páramo. Se encuentran a unos 60 kilómetros de la ciudad de Quito y cuentan con una de las reservas de aguas termales más grandes del país. 

En la antigüedad, este valle fue usado por los incas como centro de sanación y parada obligatoria para los guerreros agotados o heridos. En la actualidad, en medio del paisaje andino, se levantan hostales y cabañas que convierten al lugar en un complejo turístico de primera. Su atractivo principal son sus piscinas de aguas medicinales, de origen volcánico, que llegan a temperaturas entre los 35 °C y 64 °C. Estas aguas sulfatadas, sódicas, cloruradas y magnéticas, prometen mejorar la movilidad intestinal y mitigar las alergias; son desinflamatorias, diuréticas, antirreumáticas y sedantes naturales. 

El clima fuera de las piscinas puede llegar a los 5 °C, por lo que es indispensable, ropa abrigada. El complejo cuenta con senderos naturales, desde donde podrás apreciar la basta vegetación endémica, como son los árboles de Polylepis, las orquídeas y los helechos y, si estás con suerte, tal vez puedas ver un cóndor volando en las alturas.

Yaku, espíritu de la selva 

La Amazonía ecuatoriana también guarda el secreto de un santo grial. A orillas del río Jatunyacu (Tena), dentro del Parque Nacional Llanganates, se esconden unas mágicas piscinas naturales llamadas Laguna Azul. Hasta este lugar llegan cientos de turistas cada año, para disfrutar de los toboganes que se forman por la corriente del río, que pasa entre las milenarias y gigantescas rocas, producto de una erupción del volcán Cotopaxi

Este evento fortuito, que sucedió hace muchos años, las convirtió en aguas únicas, pues su caudal está cargado de minerales que mejoran los problemas renales y digestivos, mientras la corriente contra el cuerpo alivia el estrés, relaja los músculos y ayuda a eliminar toxinas. Este sitio fue descubierto en 1986 y está lleno de historias donde los pobladores resaltan la magia y la divinidad de esta fuente. Hoy en día, en Laguna Azul aún se llevan a cabo rituales de sanación, donde los chamanes de la comunidad hacen uso de estas aguas para las curaciones físicas y espirituales. Al final de una aventura entre fuentes y cascadas, puedes hacer tuya la frase de Antoine de Saint-Exupery: "El agua no es importante para la vida. ¡Es la vida!.




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