Leyenda bosque del Polylepis; El Angel

Un relato que empieza como historia da amor, muchos de los visitantes quedan cautivados con la historia de éste lugar una leyenda corta para recordar.

¿Qué debes saber?

Esta leyenda ecuatoriana es una leyenda corta que te permite conococer más sobre la Reserva Ecológica  El Angel, los carchenses tienen varias leyendas el día de hoy viene directamente desde los fríos páramos de la Reserva Ecológica El Ángel, una leyenda transmitida de generación a generación invita a todos los turistas a visitar el misterioso y milenario bosque de papel.

Historia de Ishuaquinua y Curupi, bosque de Polylepis 

Un relato de amor envuelve a este lugar, lo hace mágico y misterioso. La historia inicia con Ishuaquinua de protagonista; una mujer de sentimientos reprimidos y un pequeño peludo y poco agradable duende llamado Curupí quienes desde hace 500 años viven representados en un árbol de Pumamaqui (o mano de puma) que entrelazado con un Polylepis (o árbol de papel) se han quedado vigilantes y a la espera de algún día ser liberados, por una mujer de alma virgen. Estos dos personajes invitan a los viajeros a internarse en el bosque de Polylepis; uno de los más antiguos del mundo.

Ubicado apenas a tres horas y media desde Quito por la carretera Panamericana, pasando por grandes sembríos de papa o cebada (la principal actividad de la zona) se llega hasta la provincia del Carchi donde se inicia el ascenso hacia el páramo por las sinuosas laderas de los Andes. Extensos territorios habitados por pajonales y los sigilosos frailejones (plantas de páramo) le darán la bienvenida a este fascinante lugar.

Leyenda Ishuaquinua

Cuenta la leyenda que sucedió hace 500 años, el bosque era de 60 hectáreas y al final se asentaba la comunidad de Pastos y Quillacingas. Entre los habitantes había una hermosa joven de nombre Ishuaquinua que en la lengua awa significa “vida triste”. Al cumplir los 17 años fue escogida como esposa para el Cacique. La chica imaginó que tendría el mundo a sus pies y se volvió déspota, orgullosa y sin sentimientos. Un día entró al bosque milenario donde habitaba el Curupí, un duende de 40 centímetros, ojos brotados, nariz puntiaguda, dientes de color de jade y una gran sonrisa. Tiene tres particularidades: los tobillos son al revés, la cabeza puede girar a 360 grados y las orejas le salen desde los hombros. Este personaje se enamoró de Ishuaquinua y para perdonarle la vida le pidió ojos y corazones humanos. Le dio plazo de tres lunas, pero ella no cumplió y el duende indignado decidió hacerle sufrir. Mató a su familia y acabó con la comida de la comunidad, pero la chica no mostró sufrimiento. 




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