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Ruta de oficios tradicionales de Quito

Los oficios tradicionales de Quito resurgen de la mano de artesanos que comparten sus experiencias con los exploradores del Centro Histórico. Cereros, torneros, hojalateros, sombrereros, restauradores, orfebres, confiteros, monjitas de clausura y más

¿Qué debes saber?

  • De abuelos a padres y de padres a hijos, los oficios tradicionales de Quito siguen el impulso de generaciones de familias que luchan día a día, para no dejar morir historias, leyendas y la misma esencia de la Carita de Dios.
  • En sus talleres, los artesanos a más de vender sus productos, comparten con los turistas los procesos de elaboración, es decir, sus tiendas son galerías y a la vez talleres demostrativos, puntos infaltables en las listas de lugares turísticos de Quito.
  • El Arco de la Reina, en plena esquina de la calle García Moreno y Rocafuerte, es el punto de partida de varias rutas que los turistas pueden recorrer a pie, para encontrar los oficios más tradicionales del Centro Histórico de Quito.
  • La estación de San Francisco del Metro de Quito, se encuentra a 300 metros del Arco de la Reina, por lo que resulta estrátegica recorrer los oficios tradicionales.
  • A continuación te presentamos 4 rutas de oficios tradicionales en los barrios del Centro Histórico de Quito y un lugar donde se forja el futuro de los mismos.
  • ¡Empecemos!

Oficios tradicionales en la calle de las 7 cruces

La calle García Moreno, que atraviesa el Centro Histórico de Quito de sur a norte, desde las faldas del Panecillo hasta la cumbre de la Loma de San Juan, es conocida como la calle de las siete cruces, una ruta que ofrece una inmersión en los oficios tradicionales de la ciudad. Desde el Monasterio del Carmen Alto hasta el Monasterio de la Encarnación de San Juan, esta ruta de nueve oficios ofrece una experiencia única para explorar la rica cultura de Quito.

Comenzando en el Arco de la Reina, ubicado en la esquina de las calles García Moreno y Rocafuerte, los visitantes pueden embarcarse en esta fascinante ruta. Aquí, en el pie del Arco, las madres carmelitas descalzas mantienen una tienda en el Museo del Carmen Alto, donde ofrecen productos que fabrican en sus conventos, como vino de consagrar y gelatina de pichón, contribuyendo así al sostenimiento de su comunidad.

Siguiendo hacia el norte, a media cuadra de distancia, se encuentra la Sombrerería López, donde Luis López y su familia continúan el legado de fabricación de sombreros. Con una amplia variedad que incluye desde sombreros cordobeses hasta los famosos sombreros de paja toquilla, este establecimiento es un testimonio del arte tradicional de la sombrerería.

Justo al lado, en la esquina de la Calle Bolívar, está la Botica Alemana, que desde 1875 ofrece fórmulas magistrales y productos medicinales. Aquí, los visitantes pueden adquirir la famosa "Leche virginal", una fórmula multifuncional que sirve como desmaquillante, humectante y astringente.

Continuando el recorrido hacia la Plaza Grande, se encuentran los poncheros de carreta, encargados de preparar y vender el tradicional ponche quiteño. Liderados por Ángel Remache, estos poncheros recorren las calles cercanas al Palacio de Carondelet y la Catedral de Quito, ofreciendo esta deliciosa bebida preparada a base de maicena, huevos, azúcar y cerveza.

Cerca de los poncheros, se pueden encontrar las espumilleras, como Magdalena Moya, quien ha mantenido su local de Espumillas de la Michelena durante más de 50 años. La espumilla es una golosina popular en Quito, elaborada a base de huevos y azúcar, que se sirve en barquillos de galleta y se acompaña con mermeladas y frutas.

En la esquina de la Plaza Grande, la tienda de las madres conceptas ofrece una variedad de productos, desde ropa para los Niños Dios hasta shampoos y jarabes con propiedades beneficiosas. Además, las madres carmelitas del Carmen Bajo ofrecen una amplia gama de productos, desde vino de consagrar hasta cremas y jarabes para diversas dolencias.

Finalmente, en la calle Benalcázar, junto a la Basílica del Voto Nacional, las madres agustinas tienen su tienda, donde ofrecen repostería y productos cosméticos tradicionales de Quito.

En resumen, la calle de las siete cruces es una ventana a la rica tradición artesanal y cultural de Quito, donde los visitantes pueden explorar una variedad de oficios tradicionales que han perdurado a lo largo de los siglos.

Oficios tradicionales de San Roque

Ubicado al suroccidente del Centro Histórico de Quito, el pintoresco barrio de San Roque es un tesoro cultural que alberga una variedad de oficios tradicionales que han resistido el paso del tiempo, reflejando la identidad única de esta comunidad. Desde la confección de sombreros hasta la restauración de imágenes religiosas, cada rincón de San Roque ofrece una ventana al pasado y al presente de la ciudad.

La ruta de los oficios tradicionales comienza en el emblemático Arco de la Reina, un punto de partida ideal para explorar este encantador barrio. Justo al lado, diagonal al arco, se encuentra las populares tiendas de golosinas quiteñas: "Cucurucho del Maní", donde la familia Ríos continúa una tradición centenaria ofreciendo delicias gastronómicas como cocadas, bolondrones y chicharrones de coco. Continuando por la calle Rocafuerte, los visitantes encontrarán la Confitería del Gato, un negocio familiar que ha sido parte del barrio desde el siglo pasado. Aquí, podrán disfrutar de una amplia variedad de golosinas tradicionales, desde maní y habas hasta chifles y papas.

Unos pasos más al occidente, se encuentra el taller "El Manto Sagrado", donde Rosario Chiliguano continúa una tradición centenaria vistiendo figuras religiosas. Desde 1920, este taller ha sido un bastión de la artesanía quiteña, ofreciendo ajuares para niños dios y otras imágenes veneradas.

En la calle Benalcázar, los visitantes pueden visitar la Sombrerería Benalcazar, un establecimiento que no solo vende sombreros, sino que también guarda la historia y la tradición del tejido cultural de Quito. Aquí, podrán encontrar una amplia variedad de sombreros, desde los clásicos modelos de paño hasta creaciones más modernas.

Pasando la Benalcazar, está Restauraciones Carrión, un referente en la restauración de imágenes religiosas en el Centro Histórico de Quito. Con más de 80 años de tradición, Gonzalo Gallardo y su familia han dedicado varias generaciones a preservar un aspecto importante del patrimonio cultural de la ciudad.

Cerca de Restauraciones Carrión, se encuentra Colaciones Cruz Verde, un destino predilecto para aquellos que buscan las auténticas golosinas quiteñas. Aquí, Luis Banda continúa una tradición familiar ofreciendo delicias como colaciones, mistelas y turrones que deleitan a lugareños y turistas por igual.

En el Mercado San Francisco, las Hierbateras ofrecen una variedad de productos para aquellos que buscan salud, dinero y amor. Desde jabones hasta colonias con nombres sugestivos, estas mujeres mantienen viva una tradición ancestral que sigue cautivando a quienes visitan el mercado.

Finalmente, en el Molino San Martín, los visitantes pueden presenciar una tradición que se remonta a generaciones. Aquí, Efraín Pérez lleva adelante la labor de moler granos, manteniendo viva una parte integral de la vida del barrio.

En resumen, la ruta de los oficios tradicionales de San Roque ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la rica historia y cultura de Quito, explorando una variedad de actividades artesanales que han perdurado a lo largo de los siglos.

Oficios tradicionales en La Ronda

La calle La Ronda, ubicada al sur del Centro Histórico de Quito, es una joya histórica que alberga una vibrante colección de oficios tradicionales que han resistido el paso del tiempo. A lo largo de sus cuatro cuadras, que se extienden desde la calle Benalcázar hasta la avenida Pedro Vicente Maldonado, los visitantes pueden sumergirse en la autenticidad de la cultura quiteña y explorar una variedad de talleres y negocios que han perdurado generación tras generación.

El punto de partida ideal para esta experiencia es el Arco de la Reina, un icónico punto de referencia que marca el inicio de la calle La Ronda y se encuentra a solo 300 metros de la estación de San Francisco del Metro de Quito. Desde aquí, los visitantes pueden adentrarse en la historia y el encanto de esta emblemática calle.

Uno de los primeros lugares que se encuentran en esta travesía es el Museo de Artes y Oficios de La Ronda. Este museo ofrece una fascinante visión de los oficios tradicionales que una vez florecieron en Quito. Desde panaderías hasta barberías y chicherías, los visitantes pueden explorar representaciones auténticas de la vida cotidiana en épocas pasadas. El museo también alberga una casa de empeños, añadiendo otra capa de historia a esta experiencia cultural. Con un horario de apertura flexible que incluye días entre semana y fines de semana, el Museo de Artes y Oficios de La Ronda es un destino accesible para los turistas ávidos de conocimiento histórico.

Continuando por la calle La Ronda, los visitantes encontrarán una variedad de talleres y negocios que mantienen viva la tradición artesanal de Quito. Entre estos destacan el taller de hojalatería Silva, donde Martha Pacheco continúa el legado de su padre, Humberto Silva, creando piezas únicas de hojalata que evocan la nostalgia de tiempos pasados. Los visitantes pueden maravillarse con los juguetes, lámparas y utensilios de cocina elaborados con maestría, todos ellos hechos a mano con habilidad artesanal.

Otro destacado de la calle La Ronda es el taller del orfebre Germán Campos, cuyos diseños en bronce son verdaderas obras de arte. Con cuatro generaciones de experiencia en su haber, Germán Campos trabaja con dedicación y destreza para crear joyas modernas y réplicas de arte precolombino y colonial. Su taller galería es un lugar fascinante donde los visitantes pueden presenciar el proceso de creación de estas exquisitas piezas.

Además, el tallador José Luis Jiménez es otro artista que merece una visita en la calle La Ronda. Especializado en esculturas religiosas siguiendo las técnicas de la Escuela Quiteña de Artes, Jiménez crea piezas únicas que capturan la esencia de la tradición cultural de Quito. Desde baúles decorados con taracea hasta esculturas de madera tallada, su taller galería es un tesoro de arte y artesanía.

Finalmente, aunque el legendario Rey del Trompo, Gerardo Zabala, falleció recientemente, su legado perdura a través de una nueva generación de Zabalas que continúan el oficio de elaborar trompos y otros juguetes tradicionales quiteños. Su casa, ubicada en el número 925 de la calle La Ronda, sigue siendo un lugar emblemático donde los visitantes pueden experimentar la diversión de los juegos tradicionales de Quito.

En resumen, la calle La Ronda es mucho más que una vía histórica en el corazón de Quito; es un tesoro cultural que alberga una rica tradición de oficios que han resistido la prueba del tiempo. Desde talleres de hojalatería y orfebrería hasta esculturas talladas a mano y juguetes tradicionales, cada rincón de esta calle cuenta una historia única y ofrece a los visitantes una oportunidad incomparable de sumergirse en la autenticidad de la cultura quiteña.

Oficios tradicionales en los barrios orientales del Centro Histórico

En los barrios orientales del Centro Histórico de Quito, como San Blas, La Tola, San Marcos y La Loma de Santo Domingo, perduran oficios tradicionales que reflejan la rica herencia cultural de la ciudad. La calle Rocafuerte, que atraviesa este sector, es el punto de partida para explorar esta fascinante parte de la ciudad.

Comenzando en el Arco de la Reina, los visitantes pueden dirigirse hacia el este por la calle Rocafuerte hasta llegar al Arco de Santo Domingo. A lo largo de este recorrido, se encuentran talleres y tiendas que mantienen viva la tradición artesanal de Quito.

Uno de estos lugares es la Cerería Luz de América, ubicada en las calles Flores y Sucre. Aquí, Alexandra Proaño continúa con el oficio de la cerería, que ha estado iluminando los hogares e iglesias quiteñas desde 1893. Entre una amplia variedad de velas, destacan las famosas "velas palmatorias", utilizadas en procesiones religiosas.

Siguiendo el recorrido, los visitantes pueden llegar a la Tienda de Santa Catalina de Siena, ubicada en las calles Flores y Espejo, cerca del Monasterio de las Catalinas. Aquí, las monjas catalinas venden una variedad de productos como jarabes, cremas y vino de consagrar, contribuyendo al sostenimiento de su comunidad.

Continuando hacia el este por la calle Junín, se encuentra Madera Noble, el taller de ebanistería de José Barrera. Este taller ofrece una amplia variedad de creaciones, desde cajas y peines de cacho de toro hasta objetos tallados en tagua, todo elaborado con las técnicas tradicionales de la Escuela Quiteña.

Finalmente, en el barrio de La Tola, se encuentra el Rincón de los Arcángeles, un pequeño taller mantenido por Mario Narváez. Aquí, la madera cobra vida a través de tallados y pinturas que reflejan la historia y la tradición artística de Quito.

En resumen, los barrios orientales del Centro Histórico de Quito son hogar de una rica variedad de oficios tradicionales que continúan floreciendo en la actualidad. Desde la cerería hasta la ebanistería, estos lugares ofrecen a los visitantes una experiencia única para conocer y apreciar la auténtica cultura quiteña.

El futuro de las técnicas de la Escuela Quiteña

  • Para terminar, te presentamos, el que talvez es de todos los oficios, el más importante, el de maestro, pues sin su dedicación los oficios no sobrevirián al tiempo y más que nada porque con su disciplina, los oficios de mantienen vigilosos y respetuosos de las técnicas que por siglos se han cultivado, para llenar de gloria a la Carita de Dios.
  • Fueron los frayles franciscanos los primeros maestros que luego de la fundación de Quito, colocaron en marcha la primera escuela de arte, y hoy en el moderno Distrito Metropolitano de Quito (6 de diciembre y Noruega), Adrián Cerón y Katalina Ávila repiten la historia con su Escuela de Arte Quiteño, donde imparten talleres de policromía y pan de oro, escultura figurativa, taracea en madera, cincelado en cuero y tallado den madera.



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