El Chimborazo desde Alturas Diferentes

EL CHIMBORAZO DESDE ALTURAS DIFERENTES

Eduardo y Tania vivieron de maneras diferentes una aventura en el volcán Chimborazo, ubicado en la provincia del mismo nombre; sin embargo ambas vivencias tienen un sabor a gloria. Y es que este coloso tiene uno de los puntos más altos del mundo, con una cima que llega a los 6.310 metros sobre el nivel del mar (msnm).

Eduardo nos cuenta de un viaje sin planificación, que terminó en un redescubrimiento del volcán. Mientras que Tania nos relata de cómo llegar a la cima sólo con un poco de valor. Aquí sus relatos…

Un Chimborazo cubierto de blanco

Gustavo Béjar

A veces los viajes improvisados resultan mejores que aquellos planeados. Iniciamos el trayecto con la idea de llegar hasta Colta, en la provincia de Chimborazo, permanecer un corto período de tiempo y admirar la laguna que lleva su mismo nombre, para luego regresar a Guayaquil (Guayas). Una vez en el pueblo, decidimos desayunar en la capital de la provincia, Riobamba, y al momento se nos ocurrió ir al volcán Chimborazo. No estábamos listos para aquello, pues no cargábamos la ropa adecuada, y pensamos que el tiempo no nos alcanzaría, pero nos equivocamos.

Cuando llegamos a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, empezamos a disfrutar desde que pasamos la caseta de entrada en nuestro camino hacia el primer refugio, llamado “Hermanos Carriel”, que está a 4.800 msnsm. Anteriormente había visitado el volcán, pero esta vez fue como si hubiese ido por primera vez.

Comenzaba a extenderse una amplia sabana de hielo cuyo color blanco se combinaba con el de la espesa nubosidad del momento.

Foto: Gustavo Béjar

Unos metros más adelante de la entrada, cuando la fauna de vicuñas se dejaba ver menos y los arbustos desaparecían para dar paso a un terreno rocoso, comenzaba a extenderse una amplia sabana de hielo cuyo color blanco se combinaba con el de la espesa nubosidad del momento, haciendo desaparecer el horizonte. Fue único ver a este coloso cubierto casi completamente de blanco, algo que rara vez sucede, al menos desde la altura en la que estábamos (abajo del primer refugio). A esto me refiero cuando digo que fue como si hubiese ido por primera vez, pues nunca lo había visto así.

No hubo necesidad de caminar hasta cualquiera de los dos refugios: Hermanos Carriel a 4.800 msnm. y Edward Whymper a 5.000 msnm. Estuvimos un largo período de tiempo entretenidos y jugando con el hielo, relajados y apreciando el entorno.

Luego empezó nuestro retorno. Disfrutamos de un hornado, plato típico de los Sierra ecuatoriana, en Colta y de ahí viajamos directo a Guayaquil. Es un gran contraste lo que hay entre el frío del Chimborazo y el calor y humedad de Guayaquil. Es maravilloso encontrar ambientes como estos un solo país; lo que me hacer reconocer la enorme diversidad de Ecuador.

Es maravilloso encontrar ambientes como estos un solo país; lo que me hacer reconocer la enorme diversidad de Ecuador.

Chimborazo, una experiencia para el alma

Tania Bayas Rodríguez

Con la frase de aliento “¡Vamos equipo!” inició la aventura. Únicamente 4 horas recorrimos para cruzar de Costa a Sierra, hasta nuestro destino: la montaña más alta del Ecuador, el volcán Chimborazo.

Foto: Tania Bayas

Un despejado cielo celeste, hermosas nubes blancas y un páramo, con sus características plantas, nos recibieron al ingresar a las faldas del nevado. ¿Cómo dejar pasar la oportunidad de capturar una foto? Un salto a 4.000 msnm revitaliza el alma de todo aventurero. Llegado el momento del desafío, en nuestras mochilas colocamos: entusiasmo, energía, confianza  y fuerza de voluntad.  Sin duda alguna, estos ingredientes son necesarios para llegar al segundo refugio del grandioso nevado.

“¡Si se puede!” es lo que nos repetíamos interiormente al ir ascendiendo el Chimborazo.  A mitad del camino esto se transformó en ¿continuamos o regresamos? Terminamos el ascenso con “MEJOR, IMPOSIBLE”. La meta es tan exquisita que resultó difícil resistirse.

El abrazo humano de los 3 que llegamos a la meta y la maravillosa vista a 5.000 msnm fueron la recompensa de la misión cumplida, divina bendición. No puedo dejar de mencionar que la aventura finalizó en un cálido refugio y con un chocolate caliente que nos devolvió la vida para regresar al punto de partida.

El abrazo humano de los 3 que llegamos a la meta y la maravillosa vista a 5.000 msnm fueron la recompensa de la misión cumplida.

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