Tienda San Agustín
Hace más de cuarenta años, Lucila Garzón recorría con la ayuda de un burro las haciendas de los alrededores de la ciudad de Latacunga en busca de leche fresca para preparar sus únicos quesos de hoja. Con ellos ayudó en la crianza y educación de sus doce hijos. Ahora, a los noventa y seis años, su hija Margarita Jerez ha heredado su conocimiento y tradición.
Hasta hace pocos años, Margarita hacía todo el proceso de preparación del queso. Sin embargo, desde que es la dueña de la tienda San Agustín, procesa solamente el queso que le llega de los alrededores, actividad donde se encuentra el arte de lograr un sabroso queso de hoja. El queso que llega se lava con abundante agua y se corta en pedazos que entran a un recipiente con agua caliente y sal. Permanecen uno o dos minutos y posteriormente se lo aplana con un rodillo. A esto se le conoce como el temple del queso, hay que saberlo hacer procurando que el queso no se enfríe. Una vez que está listo, se enrolla el queso y se lo coloca en una hoja de achira, que le da el sabor especial. El queso debe ser de buena calidad.
Aunque el queso pesa más de una libra, los clientes dicen que no dura mucho en las refrigeradoras de sus hogares, debido a que su sabor es exquisito.
Visita Cotopaxi
- Dirección: Quito y Hermanas Páez
- Atención: lunes a domingo, de 7h00 a 19h00
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