Monasterio Cisterciense Santa María del Paraíso en Salcedo
¿Qúe debes saber?
- Los monjes hemos optado por la vida cisterciense porque un día notamos que el carisma nos aportaba una novedad vital
- Esto es vivido en un Monasterio muy concreto: en Ecuador, en los Andes, a 2.900 metros de altura, en la mitad del mundo, en una Fundación con fisonomía propia y única en la OCSO
- Cada Monasterio es un Don que Dios quiere hacer a la Iglesia
¿Buscas paz y tranquilidad aislada de la sociedad?
Los monjes hemos optado por la vida cisterciense porque un día notamos que el carisma nos aportaba una novedad vital: al amparo de la Comunidad monástica advertimos cómo el Señor recreaba nuestro interior, nos sanaba, hacía de nosotros "algo nuevo", no de cualquier manera, sino algo nuevo" según Dios"; porque sólo de ahí brota la paz y la plenitud que podamos transparentar y que tanto enamora al espíritu del hombre actual.
Esto es vivido en un Monasterio muy concreto: en Ecuador, en los Andes, a 2.900 metros de altura, en la mitad del mundo, en una Fundación con fisonomía propia y única en la OCSO: somos el Monasterio situado en un ambiente muy andino, a más altura sobre el nivel del mar, en un contexto eminentemente indígena, con todas las resonancias que esto tiene aquí y ahora en la realidad ecuatoriana. No sólo geográficamente, sino también y sobre todo, a nivel de la Orden, estamos en el Corazón de América Latina.
Cada Monasterio es un Don que Dios quiere hacer a la Iglesia; el nuestro lo es ante todo a nuestra gente en nuestra querida América Latina allí en donde es más necesitada (y cada vez lo va a ser más) que es al nivel del corazón y del espíritu: ¿no será ésta su verdadera hambre que una vez calmadas equilibran desde el amor cristiano también los otros aspectos humanos y sociales? El carisma cisterciense puede aportar mucho en este campo hoy (como en otros tiempos y lugares desde hace nueve siglos) en esta Latinoamérica sufrida y esperanzada, maltratada por los hombres y bendecida por Dios.
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