María Diocelina, papas con cuero y cuyes
¿Qué debes saber?
- Doña María Diocelina Benavides, lleva 64 de sus 84 años perfeccionando sus recetas. Años de prueba y error que han dado generosos frutos.
- Papas con zarza, queso y cuero es su plato más famoso, pero en su paradero también ofrece: cuyes, yahuarlocros, caldos de gallina, secos de pollo, secos de gallina, aguado de pollo y una docena de platos típicos de Tungurahua.
- El Centro turístico y gastronómico María Diocelina, está ubicado en la vía que lleva de Ambato a Riobamba, a la altura de Mocha, un gran letrero hace imposible que te pierdas. Calle Jaime Melo Rendón, en el sector turístico.
- Abre todos los días de 07h00 a 21h00.
¿Qué tesoros llevará la canasta de la niña?
Allá por 1947 en las frías mañanas de Mocha, el Carihuairazo y el taita Chimborazo observaban fascinados a una pequeña niña de 12 años, que todas las mañanas salía rumbo a la estación del tren. Con paso ligero la pequeña María Diocelina cargaba una canasta llena de tesoros.
¿Qué llevará?, esa era la constante pregunta que se hacían los 2 colosos de los Andes. Les intrigaba, pues cuando la pequeña regresaba en la tarde y bajaba del tren que venía de la estación del tren de Urbina, la canasta siempre estaba vacía.
Les intrigaba, pues en cada paso que daba, ella cruzaba miradas con hombres y mujeres que le sonreían y saludaban.
Del otro lado, la mama Tungurahua, contemplaba a su hija y se lamentaba cuando llegó el día en que ya no se la vio más. Y es que con el pasar de los años, Diocelina, para tristeza de los dos volcanes, se enamoró. Tenía 16 años cuando se casó y cambio al tren por su nuevo hogar.
Nadie lo sabe, tal vez los volcanes conspiraron para volver a ver a Diocelina, tal vez interrumpieron su sueño y con truenos, bramidos y fumarolas no dejaron que esta niña olvide, los hermosos amaneceres de Mocha.
Y lo lograron, pues junto a Juan Barreno, su esposo, cuando Diocelina cumplió 20 años, los amaneceres se volvieron a iluminar con su sonrisa.
El cielo sin el humo de tren, los amaneceres sin su sonrisa
Las apuestas que los volcanes hacían respecto al tesoro de Diocelina, fueron interrumpidas, cuando en un amanecer, se hizo presente un vacío. De pronto al cielo de Mocha le faltaban las nubes de humo del tren. El fin del tren de Alfaro, fue sin duda la prueba de fuego de esta historia.
Pero el amor fue más fuerte, Diocelina junto a otras mujeres, no tiraron la toalla, y arropadas con chales y cobijas mantuvieron vivo su negocio, ahora en los costados de la vía que atraviesa las ciudades de la Sierra del Ecuador.
Fueron tiempos difíciles, de mucho frío y también de desesperanza, pues los autos pasaban de largo y tan rápido, que las miradas y sonrisas ya no se podían cruzar.
4 meses después del último silbido del tren, este grupo de mujeres, encontraron un lugar en el Mercado La Estación de Mocha, hoy Paradero gastronómico La Estación.
Ahí pasaron 5 décadas, en las que sus recetas y platillos ganaron tanta fama, que turistas nacionales e internacionales, remplazaron a los viajantes el tren.
Conspirando para descubrir los tesoros de Diocelina
¡Qué fastidio! con enojo los volcanes comentaban su desdicha, pues al pasar de los años, no conseguían ver el contenido de la canasta de Diocelina, que en las mañanas entraba llena al mercado y en las noches salía vacía.
Pero la testarudez de estos viejos fue tan fuerte que les llevó a maquinar un plan.
Para ello, los volcanes pusieron en venta un terreno, claro está, con vista directa a ellos; luego le pusieron un buen precio, costaba exactamente lo mismo que un terreno que la niña de sus ojos poseía; y finalmente le dieron una ubicación estratégica a un costado de la carretera.
Por varios años los volcanes le mostraron el terreno a Diocelina, hasta que llegó el día en que lograron su cometido. En 1996, con el apoyo de su esposo y sus dos hijos, la niña, ahora abuela, compró el terreno en el que construyó uno de los paraderos de comida más famosos del Ecuador.
Papas con zarza, queso y cuero, con vista a la "Avenida de los Volcanes"
Nadie lo sabe, tal vez el corazón de Diocelina no fue indiferente a los piropos de sus volcanes, tal vez por eso, su paradero tiene amplios ventanales, por donde sus papas con cuero y zarza, o mejor aún, sus cuyes, cruzan miradas con el Chimborazo y el Carihuairazo.
La mama Tungurahua junto a Diocelina, se sonríen todas las tardes, cuando ven a esos viejos volcanes, ahora preguntándose ¿a qué sabrán las papas con cuero?.
Nota del autor: Sin duda, las papas con cuero, queso y zarza de Doña Diocelina, son las mejores de todo el Ecuador, vale la pena detener el auto, contemplar los volcanes y entrar a esta pequeña sucursal del cielo.
Acerca de Diego López Olivares
Hace 3 años inició un viaje para encontrarse con mil actores pequeños de la industria del turismo, quería CAMBIAR SUS VIDAS. Mientras los visitaba y reía con ellos, mientras en solitarios cuartos de hotel se conmovía al escribir sus historias, terminó entendiendo que fueron ellos los que CAMBIARON SU VIDA. #ExpoLive #HéroesDelTurismo
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