De cuando Alausí quiso ser capital de la provincia de los Andes.

Sucesos que ocurrieron para que Alausí se convierta en la provincia de los Andes.

¿Qué debes saber?

El Congreso de la Gran Colombia, expidió la Ley de División Territorial de la República, el veinticinco de junio de mil ochocientos veinticuatro  dividiendo en los tres grandes Distritos de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, y cada uno de estos subdividiéndoles en departamentos, provincias y cantones.

El Distritos del Sur o Ecuador, estuvo compuesto por tres departamentos: Quito, Cuenca y Guayaquil. En el primer departamento estuvieron las provincias de Ibarra, Pichincha y Chimborazo. La Provincia de Chimborazo, estuvo conformado por los cantones de Riobamba, Guano y Alausí.  El Cantón Alausí, se había erigido  como tal, con la misma jurisdicción territorial que tuvo la antigua Tenencia de Corregimiento.  Este nuevo cantón, se creó con cuatro parroquias:  Tixán, Sibambe, Chunchi y Guasuntos.  De esta manera, Alausí figura entre los primeros cantones creados por la mencionada Ley de la Gran Colombia, en reconocimiento a la importancia que durante la Colonia, había alcanzado.

Alausí, tuvo gran notoriedad durante esta etapa; su participación en todos y cada uno de estos movimientos pre-libertarios, permitieron tener un rol de protagonismo reconocido en todos los sectores de la Real Audiencia de Quito. La presencia del capitán José Antonio Pontón, en su calidad de Corregidor y a la vez el máximo exponente de las ideas de libertad, fue exigida para que en representación de la Provincia de Alausí, concurra a la suscripción  de la Primera Constitución Quiteña el quince de Febrero mil ochocientos doce

Este reconocimiento es confirmado nuevamente cuando en la formación legal de la naciente República del Ecuador en el año de mil ochocientos treinta, Alausí se constituye en uno de los cantones que más aportó económicamente para el sostenimiento de la administración. Es de reconocimiento general que esta región   se constituyó en una de la más ricas de la Audiencia de Quito,  en virtud de la variedad de semillas traídas desde España, cuya fertilidad asombró  a los colonizadores.l.  No olvidemos que los habitantes de esta región eran diestros tejedores que utilizaban el algodón y la lana de las llamas.

Con la llegada del ferrocarril al inicio del siglo XX, Alausí nuevamente inicia una etapa de gran desarrollo.  Era  la primera ciudad que unía la Sierra con la Costa.  Esta formidable obra permitió que los fenómenos migratorios internos se profundicen, convirtiendo a nuestra urbe en paso obligado para los desplazamientos de las personas en busca por encontrar mejores condiciones de vida.

El sector Sur de la patria, concretamente las provincias de Loja, Azuay y Cañar, cuyas fuentes de trabajo constituía únicamente el tejido de sombreros de paja toquilla,   ingresos que no permitían siquiera subsistir.  Con el ferrocarril se presentaban la oportunidad de movilizarse hacia sectores diferentes de la patria.  Fue así como se organizaron grandes caravanas  que emprendían su recorrido hacía el Norte, utilizando la ruta que atravesaba los sectores de Ingapirca, Paredones, Culebrillas, Tres Cruces, llegar a Achupallas y luego dirigirse hacia Alausí.  Familias enteras, dejando atrás el recuerdo de una  mísera existencia, se lanzaban a esta aventura, con la esperanza de encontrar  la posibilidad  de cambiar su suerte.  Muchos siguieron viaje, utilizando el ferrocarril hacía la Costa, muy pocos se dirigieron hacia las ciudades del interior. Otros en cambio, prefirieron quedarse en Alausí, por las muchas posibilidades que avizoraban para su vida.  Desde luego no se equivocaron, la decisión tomada  les permitió integrarse a la comunidad alauseña  que los recibió  amigablemente  y que en el futuro vendrían a constituirse en ciudadanos que lograron buena posición económica, social y cultural.

Pero Alausí, no solo se vio fortalecido por la inmigración interna; sino que acogió a la inmigración externa.  Concretamente sirios, libaneses, turcos, italianos, aparte de otras nacionalidades llegaron a afincarse en nuestro pueblo, constituyéndose en un sector ciudadano eminentemente dedicado al comercio. Todos  ellos se convirtieron en el futuro en prósperos comerciantes por su innata habilidad para estos menesteres.  Todos quienes llegaban a esta tierra promisoria, agradecían por la bondad de su clima, la hospitalidad de su gente y la fertilidad de sus campos.

Alausí, en la década de los años veinte, del siglo XX, era un pueblo dinámico, lleno de talleres donde ser obrero constituía el mayor honor; no había hogar que no cuente con un miembro familiar dedicado a la artesanía o a la agricultura; otros más visionarios, dedicaban su tiempo al comercio.  Eran tiempos de una gran bonanza económica.

Este auge agrícola- comercial  y por ende de bienestar, no era solamente patrimonio de la matriz. Sus parroquias también florecían aunque más lentamente, por la falta de vías de comunicación que permitan un mayor flujo de los productos.

En medio de este ambiente favorable, el alauseño comienza a valorarse, a creer en sus propias capacidades, a  pensar en mejores posibilidades para esta región.

Se comienza a hablar sobre la necesidad  de su provincialización, aunque muy tibiamente.  El marginamiento y el abandono sometido por los poderes provinciales y estatales, hacían abrigar la esperanza que de concretarse este hecho, harían de esta región, una de las más desarrolladas de la patria.

Si nos atenemos fielmente a los muchos acontecimientos históricos que ha vivido nuestro pueblo, tenemos que convenir que a sus pobladores, no les faltaba razón. Con sobrados méritos fue unos de los pocos pueblos que tuvo el coraje y la valentía de lanzar su grito de independencia;  aparte mereció el privilegio de estar entre los cantones que conformaron la naciente República del Ecuador.  Si a esto se suma, su gran desarrollo agrícola y comercial, entonces no constituía nada raro, para  que con todo derecho, se exija su provincialización.

El año de mil novecientos treinta y seis, se puede considerar un año clave, que bien pudo cristalizar este anhelo. 

Se había dado un gran paso en la cultura del pueblo, cuando se funda el Normar Rural “Leonidas García”  convirtiéndose así en el primer centro de segunda enseñanza.  A esta institución asistieron  muchos jóvenes de  todos los  rincones del cantón y que a la postre se convertirían en los primeros profesores alauseños para servir en las distintas escuelas municipales.

En este mismo año, Víctor Rafael Torres, escribe una revista  bajo el título de: “Provincia Central de los Andes, cuya Capital es Alausí, recoge  e investiga una gran documentación que le permiten demostrar el derecho que asiste a esta importante región de la patria, para merecer ser elevada a la categoría de provincia.

Como es de suponer, este pronunciamiento si bien es cierto alentó la esperanza de los alauseños, fue motivo de inconformidad y preocupación de otros sectores de la provincia, ante la posibilidad de un desmembramiento territorial que no acertaban a comprender este pedido inusual de los habitantes del cantón Alausí.

El desprestigio del dr. Carlos Alberto Arroyo del Río, principalmente a causa de la suscripción del Protocolo de Río de Janeiro en Enero de mil novecientos cuarenta y dos, significó el cercenamiento histórico de mayores extensiones territoriales a favor del Perú.

La ciudadanía del cantón Alausí, que siempre participó de los hechos históricos más importantes de la nación, se unió a las fuerzas que combatían a este gobierno. No debemos olvidar que Arroyo, gobernó al país en forma despótica.

En nuestra ciudad, se organizó el comité central que secundaba esta causa 

En estas circunstancias se produce el movimiento armado en Guayaquil y como en otras jornadas cívicas y patrióticas Alausí, apoya inmediatamente esta revolución.

En la mañana del día veintinueve de mayo, el pueblo multitudinariamente avanzó hacía el cuartel de la policía, que estaba formado por cincuenta hombres debidamente armados y equipados. Por lo sorpresivo de este  movimiento, no opusieron ninguna resistencia, todos los miembros de la tropa junto con su jefe, un capitán de carabineros, fueron inmediatamente desarmados y conducidos a prisión.  Sucesivamente se dirigieron a otras oficinas estatales, procediendo a tomar a su cargo las de telégrafo y teléfonos, tanto del Estado como de la empresa del ferrocarril.

Muchos partidarios del fenecido régimen, incluido las fuerzas represivas de carabineros y guardas de estanco, temían por su integridad personal a tal punto que se vieron obligados a ponerse a buen recaudo.  Las atrocidades y abuso de poder, que habían cometido mientras ejercían el poder,  hacían presagiar la venganza del pueblo.

Controlada toda la administración del cantón el orden público y la seguridad ciudadana; estuvieron pendientes de las disposiciones que a través de los teléfonos y telégrafos enviaban las autoridades gubernamentales. Por este medio llegaron a conocer que se había dispuesto a la empresa de ferrocarriles el desplazamiento de todo el material rodante disponible en la estación de Durán, hacia la ciudad de Riobamba, para recoger, transportar tropas y armamentos que llegaban del Centro y Norte del país y así sofocar la revolución,  cuya fortaleza inexpugnable se había convertido Guayaquil.

El veintinueve de mayo con la concurrencia masiva del pueblo, en asamblea popular, se realizaron las designaciones de las principales autoridades y se proclamaron en provincia independiente con el nombre de Provincia de los Andes. Luego se procedió al planteamiento de las aspiraciones provinciales y que constaban de los siguientes puntos:

  • Reconocimiento de la provincialización
  • Creación del Banco de Fomento.
  • Juzgados.
  • Subintendencia de Policía.
  •  Colegio Secundario.
  •  La construcción de la carretera Panamericana que pase por  Alausí.

Cabe indicar que el nuevo cabildo designado en magna asamblea quedó conformado de la siguiente manera: Nelson Velasco, presidente; Ángel Herrera, vicepresidente; y concejales: Hólger Enderica, César Soria, León Aguilar, Luis Riofrío y Melquisedec Cuadrado. Este organismo se dedicó a cumplir con los  objetivos propuestos tendientes a cambiar la fisonomía  material y moral del cantón.

La primera resolución que tomó esta nueva municipalidad fue elaborar un acuerdo por el que Alausí, desconocía al gobierno del dr. Carlos Arroyo del Río




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