Fernanda Buzetta chef de Manabí

Es una mujer fuerte, decidida e inteligente, que con carácter y orgullo ejerce su profesión, la gastronomía; y comparte su saber desde la docencia, para aportar a fortalecer la gastronomía nacional.

¿Qué debes saber?

  • Los recuerdos de su infancia en Junín marcaron su amor por la gastronomía.
  • Fundadora y directora de la Escuela Gastronomica de Manabí.
  • Desde la docencia aporta con sus conocimientos y experiencia para mejorar e incentivar la gastronomía nacional.

Para la chef Buzetta, la gastronomía tiene un lugar único en su vida, significa su infancia en Junín, el pueblo de sus abuelas, cuando visitaba a sus tías, madrinas y a casi medio pueblo, que por lo que su mamá le decía, eran de la familia. Añora ver cómo la vida de éstas se desenvolvía alrededor del fogón. Se contaban chismes, se reían, se aclaraban malos entendidos y claro está se comía de todo, la cocina era una fábrica de sabores y olores, nunca paraban. Varias mujeres cocinando al mismo tiempo y en armonía. "A mí me mandaban a jugar afuera para que no estorbara, pero, siempre quedó grabado en mí esas imágenes. Creo que esos recuerdos son los que crearon en mí esa necesidad por mantener y valorar la cocina manabita", nos cuenta con una especie de nostalgia y alegría al mismo tiempo.

Siempre lo supo que la gastronomía estaría en su vida, así nos cuenta y rememora: "Mis padres siempre en los viajes de vacaciones nos llevaban a mi y a mis hermanos, a hoteles y restaurantes, y yo pasaba de lo mejor viendo a las personas que trabajan ahí, pero, en los últimos años de colegio el papá de una de mis mejores amigas tenía un hotel y varios negocios de alimentos y bebidas, y al pasar tiempo en estos lugares, pasaba fascinada de la organización y los equipos y todo ese mundo, fue ahí donde decidí qué estudiar".

La admiración es un reflejo de lo que queremos ser...

Fernanda admira a dos chefs en especial, y nos cuenta: "en el ámbito nacional, especialmente en el manabita, hay una mujer que tuvo una trayectoria muy marcada, la Sra. Rosathe de Loor, quien fue la primera en publicar un libro de sus recetas y fue la cocinera más cotizada en su tiempo. A nivel internacional a una mujer que admiro, y espero pronto tener el gusto de tenerla como invitada en mi tierra, es a Leonor Espinoza, colombiana y con una trayectoria impresionante, trabajando para dar el lugar que se merece en la gastronomía a la mujer y sobre todo proyectándose a apoyar en el desarrollo de los pueblos del caribe colombiano, a través de su gastronomía".

Los aromas, esos que te hacen viajar en el tiempo, esos que despiertan la memoria...

"Como manabita, con ascendencia riobambeña, puedo decir que tengo una mezcla de sabores bastante amplia, el maní cuando se hace un viche, o el olor de la fanesca que preparan, todo me trae recuerdos de pertenencia".

 

En su vida profesional se ha desempeñado en varios campos de la gastronomía, la formación, el fortalecimiento de proyectos, emprendimiento. Sin embargo, con tanta dignidad y humildad nos dice que los resultados son los que dirán si ha sido o no un aporte.

También ha sido fundadora y directora de la Escuela Gastronomica de Manabí y capacitadora en ámbitos de turismo y gastronomía de la provincia, esto reconoce que pudo hacerlo con el apoyo de distintas entidades y autoridades de la ciudad, especialmente del Ing. Agustín Casanova.

Sus esfuerzos y aportes por la cocina manabita se ven reflejados en la designación de Portoviejo como ciudad creativa de la gastronomía por la UNESCO el año pasado. Así mismo, el Rector de la Universidad Técnica de Manabí el Ing. Vicente Veliz, la ha designado y confiado para ser parte del grupo de creación de la carrera de Gastronomía.

Su experiencia y empeño están logrando obtener planes y proyectos más organizados en favor de la gastronomía ecuatoriana. Sin duda, sus 15 años de experiencia están dando frutos.

Fernanda habla de planes y proyectos para desarrollar la gastronomía ecuatoriana. Eso sin duda nos hace soñar con pasos gigantes para nuestra cocina.
 

Hay que soñar con el plato que deseamos brindar, hay que ponerle el corazón, la experiencia, los recuerdos, la vida...

Siempre les digo a mis estudiantes que para crear deben soñar con el plato, y cuando lo hagan ese no va a ser el que presenten, sino uno completamente diferente, eso es lo más emocionante y desafiante que podemos tener en nuestra profesión.

Siempre que cocino con las mujeres de la zona rural, en horno de leña, al estilo manabita, recibo lecciones que acojo con mucho agrado. Cuando visito una casa en el campo manabita, las personas son muy amables y tratan de darte siempre lo mejor de ellas y de su comida,  desde la mejor gallina, que es pesentada y sacrificada frente a ti como agradecimiento por la visita, hasta cuando te mandan "cargada" de comida, productos y monton cosas para que comas en el camino.

A los pequeños actores del turismo ecuatoriano, a nuestros pequeños y grandes cocineros...

Respeten las recetas, rescaten los saberes y los sabores que solo nuestras madres o abuelas lo mantienen, que en vez de una gaseosa nos esforcemos por brindar una chicha, resbaladera o alguna otra bebida, quizás un jugo fresco hecho por nosotros; que aprendamos y después enseñemos a valorar nuestros sabores, por muy simples y caseros que parezcan deben entender que hay un contexto de identidad de un pueblo en cada técnica, en cada plato, en cada preparación.

Apoyó en el libro Cocina Orígenes de América con las receta de:

  • Viche



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