En memoria de Alex Trujillo chef de Tungurahua

Para generar una experiencia gastronómica, el espíritu, la técnica y la inventiva deben estar alineados. Lo bello de la gastronomía es entregarse, para satisfacer de manera sublime la necesidad más básica de los seres humanos.

Alex, hizo de su vida un regalo para todos. En sus recetas, en su profunda sensibilidad para crear platos alucinantes, en su amor por la gastronomía y generosidad, queda su esencia.

Gracias Chef Trujillo. Nos deja un dulce sabor en la boca haber coincidido contigo en esta vida. Hasta pronto, amigo querido.

¿Qué debes saber?

  • Su amor es la gastronomía, su visión la excelencia con base en el conocimiento, la investigación e innovación.
  • El amor a la cocina lo heredó de su madre.
  • Cree en la la capacitación continua para mejorar nuestra gastronomía.

Alex, fue un chef inspirado e inspirador, por ello creía que la gastronomía es una expresión sublime del ser humano y su espíritu. La gastronomía llegó a su vida gracias a su madre, quien tuvo un restaurante durante 35 años, eso lo marcó para siempre, tanto así que a los 8 años supo que sería cocinero. Pasó gran parte de su vida en la cocina, rodeado de aromas, recetas, cocineros, comensales.

Su amor por la cocina trascendió, quienes lo conocieron y pudieron probar sus platos hablan de ellos con asombro. Alex dejaba el alma en cada plato, no se guardaba nada, vivía el día con profunda pasión, cocinaba con tanta inspiración como si no hubiera un mañana. Vivió la vida el día.

Admiró a chefs como Mario Aragón, William Tandalla  y Frankye Vanderhaeghe, Thomas Keller. Siempre estuvo estudiando nuevas técnicas, probando nuevas recetas. En su cabeza siempre rondaba una nueva idea, una nueva forma de mimar los paladares de sus comensales.

El Ecuador y su riqueza lo maravillaba siempre, sus sabores predilectos fueron el Cedrón, el Ishpingo, el cacao, la pangora, el mollete, el chamburo y, cómo no, el delicioso y versátil mote.

Entre algunos de sus aportes a la cocina nacional están el diseño de una normativa de calidad para establecimientos gastronomía patrimonial (2018), también el desarrollo de estrategias educativas a través de técnicas culinarias y productos turísticos en sectores campesinos.(Organización de Pueblos Indígenas 2019). Veía en el compartir sus experiencias y aprendizaje una oportunidad para crecer todos, su amor por los pueblos pequeños, por los pequeños gestores es loable, dejó una marca imborrable en sus corazones.

Su sueño...

Sueño en que el sistema educativo fomente la identidad, calidad y la seguridad alimentaria en todos los sectores, principalmente en los más vulnerables. Sueño en que los campos tengan mayor producción de semilla nativa y que nuestra  gastronomía NO se convierta día a día en un acto hedonista o simplemente de consumo. El primer paso es con la Academia, la vinculación con la comunidad es clave para desarrollar proyectos de capacitación, investigación y difusión de las diferentes dimensiones de la gastronomía ecuatoriana.

Un plato de otro mundo...

Entre muchas de sus creaciones, hay un postre que lo llamó Odio y amor, son oritos salteados en azúcar morena con canela en polvo, flameados con puro de baños y hervidos con jugo de naranjilla; se los sirve calientes acompañados de helado de guanábana y arrope de mora y para culminar ganaché de chocolate de Ambato y por si fuera poco galletas de vainilla de la fábrica el Cóndor.

Ese postre es fruto de su gran capacidad de adaptación, de su amor por los productos ecuatorianos...

"En abril del 2010 realicé una boda para 250 personas en la playa ,  los novios  eran suizo-ecuatoriana; me pidieron algo que fusione las regiones del ecuador y allí nació esta receta, conseguí los oritos y originalmente la receta era con ron, pero la caja misteriosamente desapareció, por suerte tenia un galón de puntas de Baños que me regalo un amigo, y aunque la sartén basculante extrañamente se disparo en la temperatura, los oritos salieron perfectos, a tiempo y con la textura ideal". Así nació Odio y Amor, y así nos contó su historia.

A sus colegas les deja diciendo...

Es necesaria la capacitación contínua en calidad, higiene, manejo de productos y servicio al cliente. Es necesario que comprendan, practiquen y fomenten parámetros de trazabilidad del producto. Prueben, arriésguense con lo nuestro, si fracasan una vez, o dos veces o cien veces, sigan intentándolo, en la perseverancia está el éxito, el sabor ideal está a un paso más, está en el siguiente esfuerzo.

 

Apoyó en el libro Cocina Orígenes de América con las receta de:

  • Variaciones con chocolate ambateño



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