Alamedas de lorca, SIGLO XVIII

Es un extenso espacio público ajardinado, auténtico pulmón verde en pleno corazón de la ciudad. El paseo por sus avenidas nos descubre un entorno en el que la vida urbana se relaja para dejar paso al trasiego sosegado Abundan los árboles caducifolio

Alameda de la Constitución.

Las alamedas, lugares emblemáticos de la ciudad, son el espacio verde por excelencia de la ciudad de Lorca donde el turista puede pasear tranquilamente e incluso practicar deporte si su estancia es prolongada. Además de su función estética, también actúan como reguladoras del Medio Ambiente, suavizando las temperaturas, la humedad y atenuando el ruido. Su existencia se remonta posiblemente al S. XVIII, así el viajero Towsend en sus "Viajes por España", realizados entre 1786 y 1787, se refiere a nuestra ciudad diciendo "Quedé encantado de los paseos públicos, se parecen a los de Oxford, pero tiene un plano más extenso y más hermoso, porque los campos de trigo que encierran están bien regados. Allí los habitantes se reúnen todas las noches para hacer ejercicio y gozar de la sociedad". A Pedro Lapuente, corregidor de Lorca entre 1814-1819, se le debe la apertura de nuevas alamedas, repoblando y replantando las existentes. En pleno siglo XX, se convierte en zona residencial, aún así, pasear por ellas siempre resulta gratificante y placentero. Su arbolado, proporciona la tan ansiada sombra en estas latitudes e incluyen antaño como ahora, especies características como álamos, olmos, acacias, plataneros junto a arbustos florales como rosales, jazmines, adelfas así como otros ejemplares diversos.

 

Observaciones :

  El conjunto de alamedas comprende las siguientes: Alameda de la Constitución, Alameda Ramón y Cajal, Alameda Paco Rabal, Alameda de Maragarita Lozano, Alameda del Corregidor Lapuente, Alameda del Doctor Martínez Mínguez, Alameda de Dr. José Rodrigo, Alameda del Dr. Miguel Campoy, Alameda de Rafael Méndez, Alameda de los Tristes.




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