El fogón de la Abuela 2 (San Luis)

El Fogón de la Abuela 2, originalmente San Luis, es el segundo salón que hubo en Oña y del cual nacieron todos los actuales restaurantes que se ubican en la entrada a Oña, ya que perteneció a la madre de los dueños de los otros locales.

La señora María Lionila Cajas Capa vendía hornado en el centro de Oña. Poco tiempo después su suegra le dio a su esposo un terreno ubicado en la entrada del pueblo, donde estaban construyendo la vía Panamericana. La gente proponía a Doña María, como comúnmente le conocían sus clientes, que se ponga un salón. Por eso decidieron construir una pequeña casa de adobe en el nuevo terreno, y en la espera de que se finalice su construcción, María hizo un “jaladito” (pequeño puesto improvisado) donde vendía la comida: así empezó la venta hace treinta y ocho años. Sus primeros comensales fueron los trabajadores que hacían la carretera, después la gente que transitaba por la vía, especialmente los empleados de las cooperativas de bus, y así el negoció empezó a crecer. Hay que señalar que los habitantes de Oña casi nunca han sido sus clientes, pues ellos comen más en sus casas. 

El nombre del local corresponde al nombre del esposo de doña María, aunque los señores de la cooperativa San Luis solían pedirle que le ponga cooperativa San Luis. Con el pasar del tiempo los hijos de la señora heredaron la tradición de la cocina y cada uno montó su local, dos de sus hijos en Oña y una en Susudel.

Doña María falleció hace tres años y su hija Lorgia Fabricia Guamán Cajas, propietaria del local de Susudel, se hizo cargo del negocio. El otro local se llamó desde un inicio El Fogón de la Abuela y por comodidad en los trámites de los impuestos ella decidió cambiarle de nombre y ponerle el Fogón de la Abuela 2. La señora Fabricia heredó las recetas de su madre y las mantiene exactas. Todos los productos que usa son naturales; es más, procura usar los ingredientes de su huerto, especialmente para hacer los aliños, mientras que aquellos productos que no tiene lo compra en Oña. Es por esta razón que sus platos nunca llevan condimentos artificiales. Las gallinas que utiliza son en su mayoría criadas por ella, y no les da balanceado, sino únicamente maíz. La señora Fabricia señala que lo más importante es el aliño y en el caso de las sopas el refrito. Los platos que más gustan a los clientes son el seco de pollo y el caldo de gallina, pero también se ofrecen almuerzos y meriendas. Los segundos siempre van acompañados de ensalada, arroz y menestra

Visita Azuay

  • Dirección: sector de Buenos Aires, junto a la Y, a la vía Panamericana y la vía a Oña
  • Atención: lunes a domingo, de 06h30 a 22h00 

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