Balcón de Yambo

Nelson Erazo Los recuerdos son poderosos, te marcan y te impulsan; mucho más si en estos recuerdos están personas que te han enseñado a vivir con optimismo.

¿Qué debes saber?

  • Este es un emprendimiento gastronómico turístico que tiene 5 años.
  • Está ubicado a las orillas de la laguna de Yambo, en el cantón Salcedo, provincia de Cotopaxi.
  • Su mentor es Nelson Erazo, un joven de 33 años.
  • Ofrece una deliciosa gama de productos como trucha en varias presentaciones, parrilladas, cortes de carne, deliciosas bebidas de la casa, postres y mucho más.
  • Sus precios oscilan entre los 2 y los 25 dólares.
  • Atienden todos los días de 10am a 7pm.

 

La laguna de Yambo es una enigmática y bella laguna, cuyas aguas son tocadas por el viento, como si se tratara de un terciopelo. El sonido te arrulla. Sus leyendas te atrapan. Y el mejor sitio para poder disfrutar de esto es el Balcón de Yambo.

Para Nelson la gastronomía ha sido una parte importante de su vida. Recuerda que sus padres tenían un restaurante en Ambato, ahí se fue encariñando con este arte y ahora es su sello inconfundible y algo que genera inolvidables sensaciones en la gente que visita su restaurante.

Su emprendimiento empezó cuando su familia quiso vender los terrenos que originalmente eran de su abuelito, y estaban a nombre de sus nietos. Él se opuso y fue más allá, en su parte fue de a poco generando pequeñas actividades como alquiler de botes, una cafetería, hasta que pudo construir el Balcón de Yambo, un restaurante con una vista privilegiada, en un ambiente acogedor

Nelson recuerda a su abuelo con gran cariño, lo asocia a este maravilloso lugar, pues él solía llevarle junto a su madre y demás familia a pasar momentos en la laguna. Para ello también solían llevar las jabas, la comida y demás cosas que expendían a los visitantes, cargadas al hombro. Aníbal Altamirano fue ese hombre que le enseñó a nadar en la laguna de Yambo, que le incentivó a lanzarse a la vida. Nelson no lo dice, pero yo creo que él fue quien de una u otra forma lo inspiró a quedarse ahí, para construir un sitio desde donde pudiera ver la belleza que él veía también en las innumerables veces que fue a pasar junto a su familia.

Esta “locura” la inició junto a su esposa, a su madre, a su suegra, quienes han sido parte fundamental del proyecto. El restaurante está en la montaña, a 25 metros de alto del camino plano. Tiene todo un frente, al aire libre, desde las mesas puedes observar la laguna, las aves, la puesta del sol. Además, este restaurante tiene un camino paralelo, para las personas de la tercera edad, para que puedan llegar con comodidad.

Tiene visitantes de todo el país, de Quito, Ibarra, Riobamba, Quevedo, Santo Domingo, Guayaquil, etc. Etc. Vienen a visitar el Balcón de Yambo por su excelente comida, por su atención esmerada.

Nelson quisiera que sus hijos, quienes ahora viven la belleza de la naturaleza en Yambo, hereden este negocio, quisiera que la tradición familiar continúe, que sea un legado, siempre con la característica de buen trato, amabilidad y buena cocina. Éste ha sido un gran esfuerzo para él y para su familia, sin embargo, la satisfacción de sus clientes es la mejor recompensa.

Mira a este negocio como una experiencia integral, que aporta mucho a la economía de la zona, puesto que generan varias plazas de trabajo, además del soporte a quienes llegan a esa zona a acampar.

Invita a todos a visitarlo, a relajarse y pasar un buen momento junto a quienes quieren disfrutar de la naturaleza y del buen comer. Me despide con gran afecto y amabilidad. Mi siguiente viaje será al Balcón de Yambo, a degustar una deliciosa trucha en salsa de camarones.




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