Biodigestores Peñaherrera

Es una iniciativa privada que a través de las capacidades adquiridas en los quienes integramos el equipo de trabajo, brindamos una diversidad de servicios y capacidades

Nuestra propuesta es un trabajo de equilibrio y convivencia en la producción rural con criterios de enfoque agroecológicos, en este sentido es posible adoptar barias iniciativas y alternativas innovadoras que permitan una planificación y mejoren la producción de la finca o parcela, propiciando diversas formas de aprovechamiento de los recursos de forma sostenible y sustentable.

En el contexto mundial, el uso de energías no renovables provenientes de combustibles fósiles es uno de los factores críticos que está llevando a una situación de vulnerabilidad ambiental, evidenciada en gran medida por el creciente calentamiento y/o cambio climático global, que a su vez es causante de otros problemas con lamentables consecuencias.

Este uso indiscriminado y dependencia de combustibles fósiles en la generación energética para las mega industrias, transportación y una gama de actividades a gran escala, ha venido provocando principalmente el efecto invernadero, complejo problema que hoy en día es más visible con la ocurrencia de fenómenos y/o desastres naturales, citándose los deshielos, inundaciones, sequías, huracanes, y tornados, entre otros que vienen causando graves consecuencias humanas, ambientales, sociales y económicas.

A nivel nacional en el Ecuador, especialmente en los sectores urbanos y rurales, para la cocción de alimentos y otros requerimientos domésticos se usa principalmente gas licuado de petróleo GLP y leña y/o carbón en menor cantidad. En este sentido, la Provincia de Imbabura y concretamente el cantón Cotacachi y, específicamente la Zona de Intag no son la excepción.

En torno al uso de gas licuado de petróleo GLP se pueden mencionar varios aspectos y problemas que empiezan por el costo. Si bien, hasta la actualidad ha sido una política estatal el subsidiar el gas de uso doméstico, tal como se ha mencionado desde las esferas del actual gobierno nacional en algunas ocasiones, en cualquier momento el subsidio podría eliminarse o al menos disminuirse; entonces el costo real del GLP podría alcanzar niveles nada comparados con los precios actuales. Extraoficialmente se habla de un precio real mínimo que alcanzaría entre 9,5 a 10 usd por bombona o tanque de gas de 15 Kg .

En este contexto, durante los últimos 9 años, con el apoyo inicial de la Fundación Brethren y Unida (FBU) y con el co-financiamiento del Fondo de Contravalor Ecuatoriano Suizo (FOES), y luego con el Programa de Pequeñas Donaciones de las Naciones Unidas-Ecuador, la Asociación de Campesinos Agroecológicos de Intag (ACAI), ha venido trabajando en la generación de energías renovables, específicamente en la construcción y uso de biodigestores en fincas agroecológicas integrales, obteniendo biogás y el biol (bioabono líquido), éste último como efluente o subproducto de la biodigestión o fermentación anaeróbica. El biogás se viene usando para la cocción de alimentos por parte de las familias campesinas de Intag, mientras que el biol es usado como biofertilizante de aplicación directa al terreno.

DE LA LEÑA AL GAS Y DEL GAS AL BIOGAS

Desde que en el año 2001, con recursos del Fondo de Contravalor Ecuatoriano Suizo FOES, la Fundación Brethren y Unida (FBU), emprendiera a nivel piloto la iniciativa de que las familias campesinas tengan su propio gas en las fincas, en Intag ya no causa mucha novedad la noticia de consumir alimentos cocinados con el biogás (gas biológico) proveniente del estiércol de los chanchos. Curiosamente, tener eco-energía a nivel local ya no causa mayor admiración pero cuando se trata de visitantes de otros lados la situación es ciertamente diferente. Para muchos todavía es una grata novedad.
Conversando con la gente vinculada a esta experiencia, se recuerda que al principio era una situación muy novedosa es decir, esto de obtener gas a partir de la majada de “los cochinos” y más todavía cocinar con ese gas los alimentos, era algo sacado menos o más de las películas. Incluso en los primeros tiempos que se hablaba y se trabajaba el tema, se han registrado algunos hechos anecdóticos. Se cuenta que si bien no se recuerda exactamente quien era el chico preocupado, si se recuerda que en alguna ocasión un hijo de una de las familias en las que se iba a instalar un biodigestor (así se llama a estas instalaciones que permiten fermentar los estiércoles y transformarlo en gas metano) en tono muy enojado y firme había sentenciado “yo-ca no he de estar comiendo cuando Mamita cocine con ese gas”.
Más tarde, en 2003, cuando las familias participantes en el proyecto con la FBU deciden constituirse legalmente como la Asociación de Campesinos Agroecológicos de Intag (ACAI), este proceso inicial avanza un poquito, llegando entre el 2004-2006 a ejecutar un pequeño proyecto de implementación de biodigestores en fincas integrales campesinas, con el co-fianciamiento del Programa de Pequeñas Donaciones PPD, fondo semilla de las Naciones Unidas - Sede Ecuador. Para ese entonces, Cotacachi, se perfilaba como uno de los primeros territorios locales en América Latina en declararse como Cantón Ecológico, reconocido inclusive mediante Ordenanza Municipal vigente. Desde luego, muy poco publicitados pero los 14 biodigestores familiares que fueron instalados en igual número de fincas (uno en el colegio técnico agropecuario José Peralta de Peñaherrera) de alguna manera contribuyeron en el esfuerzo por construir –en la práctica- a Cotacachi como Cantón Ecológico.
Luego en el 2009 y 2010, la ACAI vuelve a presentar una propuesta para ampliar esta experiencia y entre varios proyectos a nivel del Ecuador resulta seleccionada y beneficiada con el financiamiento para construir en 2 años al menos 24 biodigestores más de los cuales al menos la mitad ya están construidos y en funcionamiento. Algunos se preguntan ¿si esta tecnología es de fácil construcción y operación, porqué no se masifica o porque todo el mundo no tiene un biodigestor en casa?.
La respuesta a la pregunta anterior está en que -al menos en el caso de la ACAI- no se premia con este beneficio a quien quiera o –como alguien diría- así como así nomás, pues estas instalaciones son un poco costosas. Aquellas familias que pretendan un biodigestor previamente tienen que cumplir varios requisitos, así por ejemplo la Directiva aprecia que las/os agricultoras/es hayan sembrado árboles en sus fincas, que hayan reforestado sus vertientes de agua, que estén practicando la conservación de suelos, diversificando sus cultivos, y que además tengan chanchos, mismos que a la hora de la hora son los claves e indispensables. Claro que hay quienes, a pesar de no cuidar y respetar a la Madre Tierra, quisieran tener un biodigestor. Eso no es posible, por múltiples razones y/o incoherencias, entre ellas, porque además del biogás el otro producto importante que se obtiene mediante los biodigestores es el biol (bioabono líquido) que es un muy buen alimento para el suelo; seguramente quien no respeta y quiere a la Madre Tierra va a desperdiciar este rico bioabono y, si va a desperdiciar entonces no vale la pena.
Hoy que en la actualidad casi todo el mundo habla de la crisis ambiental y de la sostenibilidad del planeta, la discusión, reflexión y difusión de este tipo de alternativas es cada vez es más necesaria, lamentablemente los problemas globales y locales del calentamiento y/o cambio climático son precisamente el resultado del uso y abuso de energías no renovables. Aunque a muy pequeña escala pero estas iniciativas deberían merecer mejor apoyo de parte de los gobiernos y de otras instancias.




Publicado en:


Publicado por: