Pedro Luis Espadas Lascano, es de la provincia de Pastaza. Nos cuenta que sus padres vivían en Madre Tierra, que es una parroquia del cantón Mera, al quedarse huérfano de padre migraron a la provincia de Tungurahua. Él buscó la manera de sobrevivir y mantener a su familia, por lo que fue a Ambato a buscar empleo, para esto, él tenía apenas 14 años. En Ambato aprendió el oficio de deleitar los paladares de los golosos. Un señor de apellido Mera fue quien le enseñó a hacer melcocha y dulce de guayaba.
Retornó a Baños de Agua Santa 2 años después, con el conocimiento adquirido inició su emprendimiento en el negocio de melcochas. 18 años lleva haciendo melcochas, pero hace 10 años tiene su dulcería. El emprendimiento es familiar, su esposa Blanca, su hermana Beatriz, su yerno e hija también trabajan con él.
Su emprendimiento contribuye al turismo, puesto que la fama de la melcocha y los dulces, son apetecidos por los turistas y viajeros
El proceso de fabricación de la guayaba es muy laborioso, pero su sabor vale la pena. Así: se lavan las guayabas, luego se cuecen 3 horas, va a la despulpadora y luego a una paila donde se termina de cocer, se le adiciona azúcar y colorante, a veces también le agregan extracto de mora. Luego, y dependiendo de la presentación que tendrá se las empaqueta (como en el caso de las que van en cajita de madera), o se las deja enfriar y se las corta (las barritas de guayaba).
El proceso de fabricación de la melcocha es menos laborioso, sin embargo, tiene su técnica y conocimiento. Se mezcla el agua con la panela, se le cierne, luego se le cuece y carameliza para enfriarle, batirle y darle forma.
Don Pedro nos garantiza un producto delicioso y bueno. Nos despide con un abrazo y nos invita a regresar pronto.