Árbol El Lechero

Un lugar turístico y sagrado, donde se realizan rituales de purificación, te va a encantar y vas a querer regresar.

¿Qué debes saber?

Para los kichwaruna el árbol lechero (Pinku Tayta) es una deidad que fue adorada en tiempos inmemoriales, con un protocolo festivo que se efectuaba en tiempos de los solsticios y los dos equinoccios considerados los raymis –fiestas– mas trascendentes de su calendario agroecológico, ya que dispone de atributos simbólicos culminantes para su cosmovisión. Si se requiere de su poder de influencia, hay que practicar el ranti-ranti, en cuyo ritual se practica un sistema de dones: dar, recibir y devolver con profunda fe para que llueva sobre los sembríos.

También se realizan rituales de fertilidad y las parejas juran su amor en este Pukará donde está Pinku Tayta. Representa un centinela que custodia el umbral límbico entre los kichwaruna y aquellos niños awkas que fallecieron sin ser bautizados. El lechero por estar ubicado en una zona privilegiada es el guardián del Pukará, que tambien era una Aya Pampa o cementerio de niños.

Se escogió al lechero como protector contra el fuego sempiterno que la iglesia recreó mediante su proceso de evangelización forzada; a través de un subterfugio simbólico mientras los hombres celebraban los ritos para adultos, las mujeres conmemoraban el ritual del wakchakaray con ofrendas de productos alimenticios y flores en distinción de las niñas que fueron sepultadas en dirección hacia la Mama Cotacachi y de los niños en dirección al Tayta Imbabura. El ritual al Pinku Tayta reviste de un impresionante significado para la cosmovisión kichwa, pues en el tránsito hacia el chayshuk pacha, Pinku Tayta seguirá custodiando sus vidas.

Conoce la leyenda del árbol el Lechero

De todas las doncellas de aquel entonces, una joven llamada Nina Pacha fue escogida como sacrificio para calmar la ira de las divinidades que causaban la sequía. Pero no se dieron cuenta que ella, Nina, tenía un novio, su nombre era Huatalquí, que cuando se entera del ritual que iban a realizar decide huir con su amada hacia un lugar lejano. Durante su escape, el yachag, shamán o sabio de la comunidad se da cuenta del engaño y pide clamando al Taita Imbabura que castigue severamente a la desobediente pareja.

Cuando Nina Pacha y Huatalquí llegaron a la actual zona de Rey Loma, salió un enorme trueno detrás del volcán Imbabura que tocó a la mujer e inmediatamente la convirtió en agua y con ella llenó poco a poco el valle seco de aquel entonces. Huatalquí arrepentido de esta situación lloraba y clamaba pidiendo al Taita Imbabura que lo castigue a él también. Luego de tanta súplica salió otro trueno detrás del coloso que tocó al joven y lo transformó en el árbol lechero.

La leyenda certifica que la cercanía del árbol hacia el lago San Pablo es la muestra del eterno amor que se tenían Nina Pacha y Huatalquí. Ahora la zona está rodeada de bosques de eucalipto y pino que se cree permanecerán hasta la eternidad.




Publicado en:


Publicado por: