Cantonización de Macará

Aprende de la historia de la cantonización de Macará

El 22 de septiembre de 1902, Macará alcanza la categoría de Cantón. De anexo de Sozoranga, y de parroquia de Calvas, pasa a cantón, incluyendo en su nuevo territorio a la parroquia de Sozoranga, dando la vuelta a la historia. ¿Qué había sucedido entre 1861 y 1902 para que se produzca este cambio tan significativo en la relación entre Macará y Sozoranga, para que se otorgue a Macará tal categoría, una ciudad muy nueva, comparada con la antiquísima Sozoranga?.

Hay tres elementos que explican esta decisión:

  • La tasa de crecimiento poblacional que logra Macará, especialmente la ciudad
  • El proceso de modernización e integración del estado que emprendió la revolución liberal de 1895
  • La acción decisiva de las personalidades macareñas fuertemente ligadas al liberalismo, a diferencia de la conservadora Sozoranga, cuestión que influyó en las decisiones gubernamentales en esa coyuntura política bastante polarizada.

El período que va entre 1861 y 1902, la parroquia de Macará crece a una tasa promedio de 2.64 por ciento anual, crecimiento que se mantiene en estos niveles hasta 1962. Esta tasa, que para la época es alta comparada con las tasas del país, se explica, no solo por el crecimiento vegetativo, sino también por la llegada de nuevos migrantes a la zona. Para 1902, se cree que Macará (exceptuando la población de Sozoranga), tenía unos 3.559 habitantes

Con la revolución liberal y con los mayores ingresos que contaba el estado, provenientes del “boom cacaotero” que se produjo entre 1875 y 1929, se produjo un proceso de modernización del aparato estatal, que en el caso de Loja permitió, de una parte, la mayor presencia de organismos públicos, y de otra, una mayor integración. Para 1894 Macará ya está integrado a través de la red telegráfica y postal que funcionan desde Loja, por la vía Cariamanga - Sozoranga, como seadvierte en el mapa trazado por Ricardo Oakford en ese año. Otra parte importante de ese proceso, fue la creación de la aduana en Macará que comenzó a imponer la exportación al Perú de panela, ganado vacuno y cabrío, cueros y sebo, así como la importación del Perú de artículos como el jabón, azúcar, textiles, cordobanes que ingresaban al país. Precisamente, al crearse la Municipalidad de Macará, se estipuló que parte de su financiamiento provendrá de estos ingresos.

Empezaron a funcionar la Jefatura Política y el Registro Civil, el Juzgado Cantonal a cargo de un Alcalde con facultades de Juez Lego, una escuela fiscal de niños, otra de niñas y la Escribanía Pública.

Se estableció el Curato, correspondiente a la Diócesis de Loja, representado por el Dr. Juvenal Jaramillo, quien atendió el culto católico en la iglesia parroquial antigua situada en la Plaza de Armas, lo que hoy es el Mercado Municipal. Años después éste sacerdote con la ayuda y trabajo de los feligreses del pueblo, hizo construir la espaciosa y bella iglesia con que hasta ahora cuenta Macará, obra del arquitecto – carpintero Don Miguel Jaramillo. Pero lo más importante fue la constitución del I. Concejo Cantonal, cuyo Municipio expropió el solar de Don Manuel de Jesús Rengel, situado tras la iglesia vieja para levantar la primera Casa Municipal del Cantón.

El Concejo procedió a la remodelación urbanística del pueblo en general; creó rentas e impuestos destinados al mantenimiento de servicios comunales; de acuerdo con su legítima autonomía, organizó las finanzas municipales y nombró a sus empleados y servidores; creó también una Banda Municipal, fundando una escuela de música para aficionados, cuyo mejor Director fue Salvador Bustamante Celi.

Por aquellos tiempos Macará disfrutó de la edad de oro de su vida social en sentido de buenas costumbres y formación correcta de niños y jóvenes. 




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