Nacionalidad Huaorani

Ellos se denominan wao, que significa “la gente”, en oposición a “cowode”, la “no gente”, que son todas las demás personas.

¿Qué debes saber?

  • La Nacionalidad Wao se denomina wao, que significa "la gente", en oposición a "cowode", la "no gente", que son todas las demás personas.
  • Se dividen en varios subgrupos: Toñampare, Quenahueno, Tihueno, Quihuaro, Damuintaro, Zapino, Tigüino, Huamuno, Dayuno, Quehueruno, Garzacocha (río Yasuní), Quemperi (río Cononaco) Mima, Caruhue (río Cononaco) y Tagaeri.
  • Su idioma es el Wao Terero.
  • La unidad básica tradicional o grupo doméstico es el “nanicabo”, constituido por familias ampliadas o múltiples compuestas por un número de seis a diez familias que habitan bajo un mismo techo o “maloca”; estos grupos domésticos son autosuficientes, autónomos y están organizados alrededor de un anciano o anciana de cuyo nombre se deriva el nombre del grupo doméstico.
  • La unidad territorial o grupo local se denomina “huaomoni”, que es la unión de varios “nanicabos”; los “huaomoni” son de carácter endógamo, al interior del cual deben darse los matrimonios entre primos cruzados y las relaciones de alianza.
  • En la actualidad aún persisten las migraciones poblacionales temporales y otras comunidades están sedentarizadas.
  • Su economía es de subsistencia en huertos temporales, 15 además de la caza, la pesca y la recolección de frutos.
  • El medio natural les provee de recursos para la construcción de viviendas, artesanía y la alimentación.

WAOTEDEDO

  • Los hablantes de esta lengua están ubicados en los ríos Yasumí, Cononaco. Nushiño y Curaray de las provincias de Napo y Pastaza.
  • Su número es aproximadamente de unos 1.300 hablantes.
  • Existen variaciones entre las hablas del Yasuní, Cononaco, etc., sin embargo no parece difícil su unificación.
  • El alfabeto propuesto y usado inicialmente por el ILV fue el siguiente: a, ä, b, c, d, e, ë, ae, aë, g, i, ï , o, ö, p, qu, t, w, y (19 letras).
  • El autor de este artículo propuso el siguiente alfabeto: a, b, d, e, g, i, k, m, n, ñ, ng, o, p, t, w, y. (16 letras).
  • Se suprimían las vocales nasales porque en las últimas décadas ha existido un proceso de segmentalización de la nasalidad suprasegmental de las vocales.
  • Al segmentalizarse las nasales se las escribe con las grafías m, n, ñ, ng, por lo tanto ya no hace falta representar las vocales nasales.
  • Ejemplo: ‘casa’ no es necesario escribir
  • También no se cosideró indispensable escribir el sonido [ae] porque parece ser una variante de la vocal /e/.
  • El ILV ha admitido la inclusión de las grafías m,n, ñ, ng, pero mantiene la grafia ae.
  • Un dato común de los nombre de los idiomas indígenas ecuatorianos es que unen la noción de gente con lengua, así tenemos que traduciendo al español, los nombres de las lenguas indígenas significan:
    • A’ingae (a’i=hombre; ingae=lengua)=lengua del hombre
    • Awapit (awa=hombre; pit =lengua)=lengua del hombre
    • Cha’palaachi (chachi=hombre; palaa=lengua)=lengua del hombre
    • êpera pedede (êpera=hombre; pedede=lengua)=lengua del hombre
    • Paicoca (pai=hombre; coca=lengua)=lengua del hombre
    • Runa shimi (runa=hombre; shimi=lengua)=lengua del hombre
    • Shuar Chicham (shuar=hombre; chicham =lengua)=lengua del hombre
    • Tsa’fiqui (tsachi=hombre; fiqui=lengua)=lengua del hombre
    • Wao-tededo (wao=hombre; tededo=lengua)=lengua del hombre
  • Algunos estudiosos consideran que el hombre runa shimi es un sobrenombre impuesto en la época colonial y que por lo tanto no se lo debería llamar así al quichua.
  • También algunos antropólogos piensan que los pueblos indígenas no se preucupaban de ponerle un nombre a sus lenguas.
  • Todo esto puede tener alguna base de verdad pero se tendrá que seguirle investigando.
  • Un estudio académico de la fonología de las diez lenguas indígenas del Ecuador, está disponible en el libro Lingüística Aplicada a la Educacón Intercultural Bilingüe, Colección de Antropología Aplicada No. 12 de Luis Fernando Gárces V. y Catalina Alvarez Palomeque, editado por la Universidad Politécnica Salesiana - Abya Yala, Quito 1997, pp. 137-269



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