Cementerio de San Diego en Quito

La plaza de San Diego abre las puertas del Museo del Convento de San Diego, célebre por la leyenda del Padre Almeida y del Cementerio de San Diego que con su rica arquitectura, embellece aún más el Centro Histórico de Quito.

¿Qué debes saber?

Historia del cementerio de San Diego

  • Los terrenos del cementerio fueron adquiridos en 1895 por la Hermandad de Beneficiencia Funeraria de Nuestra Señora del Rosario, en las afueras del límite urbano del Quito de esa época, entre la Loma del Panecillo y la Recoleta de San Diego.
  • Abrió sus puertas el 12 de abril de 1871 gracias a la planificación de Juan Pablo Sanz y la ejecución de Alejandrino Velasco, padre del presidente ecuatoriano, José María Velasco Ibarra.
  • 1888 la Hermandad se desvinculó de la Orden de Santo Domingo y en 1907 adoptó el nombre de la Sociedad Funeraria Nacional, insitución que hasta el presente, está a cargo de este cementerio.
  • Desde entonces, este campo santo ha estado al servicio de los quiteños, convirtiéndose en testigo silencioso del pasado de una ciudad que esta en constante evolución.
  • Desde su inaguración, el cementerio ha sido admirado por su belleza arquitectónica que destaca imponentes mausoleos que expresan las aspiraciones de las familias más acaudaladas de la socieda quiteña, quienes invirtieron tiempo, dinero e imaginación para inmortalizar la memoria de sus seres queridos.
  • Estas construcciones monumentales fueron diseñados por grandes arquitectos y artistas como Francisco y Pedro Durini, Antonio Russo, Luis Mideros entre otros.
  • Las esculturas en la mayoría de los casos fueron traidas desde Italia, atravesando el estrecho de Magallanes hasta el puerto de Guayaquil y transportadas hasta Quito en lomo de mula, para finalmente ser ensambladas en los espacios que ocupan hasta la actualidad. 

Elementos destacados del cementerio

  • El primer mausoleo que se instaló en el cementerio está coronado por una magnífica escultura en mármol conocida como el Ángel del silencio, por el gesto que hace con la mano izquierda mientras lleva una corona de flores en la diestra. Esta escultura sirvió como referencia para otras similares que se pueden observar en el cementerio.
  • El angel junto a la cruz, es una bella escultura atribuida al arquitecto Pedro Durini, cada uno de los detalles conserva dedicación y maestría, perteneciendo esta escultura a la familia Larrea Valdivieso. Otra escultura de igual concepto es la que pertenece a la señora Victoria Angulo de Freile, en este caso el ángel se apoya a una cruz con su mano izquierda, mientras que la mano derecha apunta al cielo.
  • El mausoleo de mármol de la familia Mercado es de todos el más singular, ya que posee un diseño del arquitecto italiano Mariani y ejecutado en Milan, que evoca a un templo romano en ruinas, que acoge a la escultura de un cristo con las manos extendidas en dirección del suelo, como símbolo de resurección.
  • El mausoleo de la familia Lasso de la Vega y Aguirre ostenta la obra de Francisco Durini de estilo neogótico, rematado por una impresionante torre que exhibe el escudo de armas de la familia y que alberga en su interior a un angel que vigila las tumbas familiares. De similar diseño, es el mausoleo de la familia De la Torre Dominguez.
  • Por otra parte, el mausoleo de la familia Alvarez se alinea al estilo ecléctico y se ubica frente a la entrada principal del cementerio.
  • Mientras que a su costado, el mausoleo de la familia León Gallegos que presenta un diseño austero de lineas geométricas rectas que incluye un medallón de piedra que cobija a una virgen con su niño, esculpidas en piedra. En su interior, bajo una inmensa cruz, descana la escultura de la Virgen de los dolores, sin duda uno de los conjuntos escultóricos más bellos del lugar.
  • El monumental mausoleo de la familia Bueno de estilo neoclásico y neobarroco, impresiona a los visitantes por la calidad de sus decoraciones.
  • De singular belleza es el mausoleo de la familia Betancurt que presenta en su estructura, una alegoría de un huevo, en su interior lápidas de mármol con bajo relieves relatan la pasión de cristo.
  • Es interesante observar que algunos de los mausoleos se inspiraron en el diseño arquitectónico de las iglesias de Quito, por ejemplo el de la familia Vaca Salvador que recuerda al baldaquino de la Catedral ubicada frente a la Plaza Grande. De igual concepto es el mausoleo de la familia Freile Zaldumbide.
  • En este cementerio descansan los restos de las víctimas de la Hogera Bárbar del 28 de enero de 1912 en donde fue asesinado el General Eloy Alfaro, junto a sus compañeros liberales. Descansan además los restos del General Flavio Alfaro y del General Ulpiano Paez, que también sucumbieron en la Hogera Alfaro.
  • Los restos de presidentes de la República del Ecuador descansan en este cementerio:
    • El mausoleo de Gonzalo Córdova, el más grande del cementerio y obra de Francisco Durini mantiene un estilo clásico del cual se levanta una columna rematada por una escultura que representa, fuego encendido protegido por 4 ángeles, en su frizo lucen 4 esfinges que representan el enigma. Todo este conjunto sirve para presentar la escultura de hombre que sostiene la bandera, representando a la patria.
    • Hacia el frente se levanta la tumba del presidente Aurelio Mosquera Narváez que realizada en piedra, luce detalles en bronce como una antorcha encendida junto a un libro, en cuyas páginas se observa el alfa y el homega.
    • Muy cerca se encuentra la tumba de José María Velasco Ibarra y su esposa Doña Corina del Parral, esta tumba hasta la fecha, recibe el cariño de Quito, por lo que se puede observar frescas ofrendas florales, durante todo el año.
  • El cementerio brinda descanso a grandes personajes de la política y de la sociedad ecuatoriana:
    • José Peralta, senador del estado en la época liberal, exhibe un monolito de piedra natural, rodeada por lápidas de estilo artdecó atribuidas a Luis Mideros y a Jaime Andrade.
    • Luis Felipe Borja descansa en otro monolito de piedra que exhibe una placa con un texto firmado por Gonzales Suarez.
    • Humberto Albornoz fundador del Banco de Préstamos en cuya tumba se puede observar una representación del edificio bancario.
    • Cesar y Carlos Mantilla Jácome fundadores de el diario El Comercio.
    • Jorge Carrera Andrade, escritor quiteño que fue propuesto por la Academia de la lengua ecuatoriana, al Premio novel de literatura.
  • Finalmente, el cementerio brinda descanso a los restos de 4 de los arquitectos más importantes de la época moderna de Quito, responsables del desarrollo arquitectónico de la ciudad y de varios elementos del mismo cementerio:
    • En el  mausoleo de la familia Palacios Alvarado, din duda el más hermoso del cementerio, que esta formado por un espléndido conjunto escultorico que resalta a un angel de mármol que algún día llevó en sus manos una espada de bronce, descansan los restos de los arquitectos Pedro y Francisco Durini.
    • En constraste, una simple y austera lápida de piedra, marca la tumba del arquitecto Antonio Russo
    • Y en un nicho descansan los restos del arquitecto Francisco Schidt.

Visitar el cementerio de San Diego permite reflexionar la evolución que el concepto de la muerte ha superado a través del tiempo, la trascendencia y la eternidad es algo que la humanidad ha buscado desde tiempos inmemoriables, sin embargo, son pocos los que la han alcanzado.




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