Jugos Doña Miriancita del Mercado Iñaquito

Desde 1947 los mejores jugos del Ecuador se venden en el Mercado de Iñaquito, Doña Mirian Acosta y sus hijas, guardan esta tradición por 3 generaciones.

¿Qué debes saber?

  • Ubicadas en el mercado de Iñaquito en el centro norte de la ciudad, ofrecen una variedad espectacular de jugos de fruta.
    • De naranjilla, mora, guanábana, taxo, tamarindo y limón.
    • De combinaciones: mora con guanábana y mora con coco.
    • Y el famoso jugo de alfalfa con naranjilla.
  • Ganadoras Primer Lugar de Las Mejores Huecas De Los Mercados De Quito 2017
  • Participantes distingadas de Quito en Boca, MESABE 2015, LA Yapa 2016 y LA Yapa 2017
  • Dirección: Jorge Drom y Alfonso Pereira, Mercado Iñaquito, local 9
  • Horario: Atienen desde las 6 de la mañana

Ambato y Quito, la combinación perfecta

El romance de una joven quiteña y un heladero allá por los años 30, es el punto de partida de una hermosa tradición gastronómica que hace varias décadas alegra a los visitantes del Mercado Iñaquito.

No es casualidad que Don Ricardo Acosta fuera ambateño, y es que la tierra de las flores y las frutas le dan sentido a esta historia en donde las protagonistas son la rica variedad de frutas del Ecuador. Ricardo tenía 12 años cuando le ofrecieron trabajar en Quito. Su entusiasmo terminó cuando se dio cuenta que estaba en la Amazonía. Su meta era Quito así que por semanas caminó hasta llegar a la Carita de Dios. Sin dinero y cansado, encontró abrigo en una familia del barrio de San Blas desde donde se abrió camino, trabajando en varios oficios, hasta que encontró su vocación, el sería heladero.

Mientras tanto, en el barrio de San Blas, una quiteña iniciaba su negocio de jugos. Fue en ese mercado en que las frutas hicieron su tarea, y así como son el ingrediente principal de los jugos y los helados, las frutas se transformaron el ingrediente que unió a este par de tortolitos.

El puesto permanente de jugos de San Blas se contraponía al movimiento de Ricardo que vendía helados en los parques de la Alameda y San Francisco. No hay duda que ese espíritu de caminante lo heredaron sus hijas, en especial Mirian que desde muy pequeña sintió un amor por las ventas.

Se quemó el mercado.

Mirian tiene muy pocos recuerdos del mercado de San Blas, ella recuerda cuando al incendiarse, las vendedoras fueron reubicadas en un improvisado mercado al que llamaron Plaza Arenas. Tenía 12 años cuando pasó el siniestro y recuerda como toda la alegría que sentía en San Blas que, con sus fiestas, su plaza Belmonte y la algarabía de un montón de gente, le daban prosperidad al negocio de su madre.

En la Plaza Arenas no la pasaban tan bien, la gente no llegaba a este nuevo mercado y las ventas cayeron drásticamente. Mirian recuerda como le pidió permiso a su madre, Doña Carmen Amelia Catota, para salir a vender por las calles de Quito. Siguiéndole la corriente su madre le dio su primer balde de jugo de naranjilla.

“Salí de una, sin recelos ni vergüenzas de nada” así recuerda Mirian esa mañana en la que bajó por la calle Vargas, tomó la calle Galápagos y se instaló junto a una vendedora de fritadas. Antes del mediodía, Mirian regreso donde su mami y le dijo “quiero un uniforme”

Su madre con lágrimas en los ojos, Mirian no sabe si por tristeza u orgullo, no solo que le consiguió un uniforme, sino que le dio las primeras clases de su oficio, le enseñó a lavar los vasos, a organizar los baldes, a hacer más eficiente el día.

Mirian rápidamente se transformó en una experta vendedora, por la calle Pichincha bajaba a San Blas, luego seguía al Coliseo, llegaba a la Marín para por la calle Chile subir a la Plaza de San Francisco, en donde se encontraba con su padre. Tomaba un respiro para llegar al Colegio Mejía, daba la vuelta a la Alameda, seguía al Banco Central antes de regresar. Jugos de naranjilla, mora, guanábana, taxo, tamarindo y limón, eran los preferidos de su clientela.

Dicen que van a inaugurar un nuevo mercado

Por la Plaza Arenas recorría el rumor de un nuevo mercado, más moderno y seguro, pero también más difícil de ocupar. Doña Carmen Amelia, no se quedó dormida, al contrario, puso a prueba toda la “labia” que como vendedora había logrado en toda una vida, y consiguió un puesto para su hija.

Doña Mirian, literalmente inauguró el nuevo Mercado de la Iñaquito, donde instaló el puesto de jugos de frutas que hasta hoy se puede visitar.

Y si usted cree que no hay mucha ciencia en hacer unos jugos, es porque no ha saboreado los de doña Mirian, en especial el de alfalfa, que aprendió de su padre.

La innovación en los jugos

Don Ricardo en sus recorridos de venta de helados conoció a medio Quito y al pasar por un convento de padres franceses le llamó la atención que estos llevaran alfalfa. Cuando les preguntó que hacían con la alfalfa, no creyó cuando le dijeron, es para el jugo. De los padres, Ricardo aprendió hacer el jugo de alfalfa que es uno de los preferidos de la Iñaquito.

Una nueva generación esta ahora al frente del negocio de Doña Mirian, 3 hijas y una sobrina siguen buscando nuevas formas de satisfacer a los clientes que todos los días acuden al mercado a probar unas corvinas o un hornado. Y lo lograron, sus jugos de combinación de frutas, de mora con guanábana y mora con coco, son la sensación del mercado.

Este grupo de mujeres emprendedoras mantienen su sueño vivo, ahora trabajan en construir una marca, gestionar las redes sociales, probar nuevas fusiones, hacer relaciones públicas. Ahora estudian gastronomía y con esos conocimientos buscan aumentar la calidad de sus productos, no la calidad de sus servicios, pues si algo han hecho bien estas quiteñas, es ganarse el cariño de turistas nacionales e internacionales a los cuales atienden con una sonrisa.

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