Cosas Finas de la Florida

Desde 1875 la familia Pillalaza mantiene la receta original de las cosas finas de Quito. Si te gusta el hornado, el agrio de este restaurante te hará suspirar.

¿Qué debes saber?

  • Las cosas finas son la combinación perfecta de mote, tostado y chicharrón de cerdo.
  • La especialidad de la casa son los hornados, fritadas y chicharrones
  • Su agrio es legendario y es el que marca distancia con otros hornados de Quito
  • Ubicados en el norte de Quito, frente al ex aeropuerto Mariscal Sucre, en el Barrio La Florida en la calles Manuel Serrano n5267 y Pedro León
  • También puedes llegar caminando desde el Parque Bicentenario (300 metros)
  • Atiende de 8h30 a 16h00 de lunes a domingo

150 años de tradición quiteña

En el norte de Quito, la familia Pillalaza conserva una tradición gastronómica que está cerca de cumplir 150 años. La combinación de mote, arveja, tostado y picadillo chicharrón es la que se conoce como “cosas finas” y en esta familia quiteña oriunda de barrio de La Magdalena, son el preámbulo de los hornados y fritadas más famosos de la Carita de Dios.

Ya en 1875, Doña Sarita Pillajo, iniciaba esta tradición quiteña, cuando en la Plaza de San Francisco en pleno Centro Histórico de Quito, instalaba su puesto de motes con tostado y chicharrón. El alma de Cantuña, seguramente fue testigo de cómo Doña Sarita y su hija, por varias décadas le pusieron sabor a la Plaza de San Francisco, pobre Cantuña que, como hincha del Deportivo Quito, no le tocaba otra cosa, más que ver.

Doña Rosa Emilia Angos, la nieta de Sarita Pillajo, heredó esta tradición y ya en el siglo pasado, en plenos años 60 traslado el negocio a lo que hoy conocemos como el Barrio Florida.

El traslado fue por amor

Y es que la joven Rosa Emilia se enamoró de un aviador y para estar cerca de él se mudó al norte de Quito, en la Av. De La Prensa a pocas cuadras del antiguo aeropuerto abrió su primer local. Con el pasar de los años, esta pareja compró su propio local, en las edificaciones de la antigua cooperativa de aerotécnicos que poco a poco se transformó en el barrio La Florida.

Fue por amor a la gastronomía, puesto que su esposo también fue chef de las Fuerza Aérea Ecuatoriana y entre los dos disfrutaban a plenitud los secretos de la cocina, fue por amor porque decidieron respetar la tradición familiar y especializarse en la comida típica del Ecuador.

La cuarta generación

Galo Ernesto Pillalaza es un quiteño de 58 años, hijo Doña Rosa Emilia. El recuerda como a los 7 años se le encomendó las tareas de parar el mote y preparar el tostado. En esa época las cosas eran más difíciles, pelar el mote a mano era toda una proeza y meser el tostado para hacerlo reventar, una técnica que requería de años de práctica. Al terminar el colegio, Galo se retiró de su oficio que con alegría confiesa fue su área de juegos. Estudiar una ingeniería le tomaba mucho tiempo, sin embargo, nunca dejó de estar pendiente de sus padres e incluso dejó un relevo.

Doña Irma Pintado, su esposa, acompañó a sus suegros en el negocio y cuando estos se retiraron asumió el control completo del negocio. Ya son 2 años desde que Galo, luego de terminar sus aventuras de ingeniero, se dedica al 100% a este negocio, al fin de cuentas el que sabe los secretos de las recetas, es el.

Dice que no hay recetas mágicas mientras una sonrisa picaresca se dibuja en su rostro, luego termina confesando un par de truquitos. Todo tiene que ver con la selección de la carne de cerdo, pues el chanchito a cierta edad es más rico, luego más que la receta el truco es saber las cantidades de los ingredientes y saber el tiempo exacto en que deben ser agregadas. Galo nos guiña el ojo cuando le pedimos nos cuente como se hace su agrio.

Receta del agrio del hornado de Quito

Ingredientes:

  • 1kg de tomate riñón
  • ½ kg de cebolla paiteña
  • Miel
  • 1 tallo de apio
  • 3 limones sutil
  • c/n perejil
  • c/n culantro
  • c/n sal
  • 3 ajíes
  • Azúcar

Preparación

  • Cortar la cebolla paiteña en pluma
  • Picar el tomate en cuadros pequeños
  • Picar el cilantro y el ají (quitarle las pepas)
  • Licuar tomate picado en trozos grandes
  • Añadir sal, miel, limón y licuar
  • Combinar en una bandeja con el resto de ingredientes
  • Añadir sal y azúcar. ¡Y servir!

No hay quinto malo

Junior, es la quinta generación de Las cosas finas de la Florida, de su padre aprendió otro secreto, esto es prepararse. Si bien su papá estudio ingeniería en administración de empresas para así poder fortalecer las finanzas de su negocio, él estudio arquitectura. Junior sabe que su generación será la responsable de la expansión del negocio y es en ese proyecto en el que está trabajando los últimos años.

La responsabilidad de Galo hijo, es muy grande, el sueña con repetir las anécdotas de su padre, que cuenta como clientes que regresan al local después de 40 años, repiten que el sabor sigue igual. Gran responsabilidad, porque conservar la tradición de su tatarabuela le demandará mucho trabajo, que sabe, que si se hace con amor, da buenos resultados.

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