Heladería San Agustín

La heladería San Agustín es uno de los rincones más tradicionales y queridos del centro histórico de Quito.

La heladería San Agustín es uno de los rincones más tradicionales y queridos del centro histórico de Quito. Durante más de seis generaciones ha endulzado el paladar de los quiteños con naturales salpicones (jugos con hielo raspado), helados de paila y un sinnúmero de golosinas quiteñas como delicados de maíz, higos enconfitados, dulce de membrillo y otras sesenta y siete variedades de dulces típicos de la capital.

Abrió sus puertas al público en 1858 de la mano de la señora Juana Torres de Barba, quien lo administró durante cincuenta años. La señora Juana heredó el local y la casa de la familia Andino Carrión, que lo administra desde 1907. Actualmente, Andrés Chaguaro lleva adelante este tradicional establecimiento gracias a que heredó el conocimiento de los platos de su abuela Mariana Andino de Álvarez quien a su vez los recibió de su abuela. La casa, ubicada en la calle Guayaquil, es una de las siete más antiguas de la primera calle, y tiene alrededor de 300 años.

A sido adecuada en su gran mayoría para formar parte del restaurante. El sitio en su inicio fue una tienda de abarrotes, y cuando pasó a cargo de Juana Torres de Barba, se convirtió en una heladería y dulcería. Sin embargo, se ha ido adecuando a las necesidades y gustos de diferentes épocas. La familia Andino incorporó la venta de salpicones, que consisten en jugo de frutas con hielo raspado, y que tenían la virtud de brotar la sal quiteña en quienes lo tomaban. En la década de 1930, cuando el tren conectaba la costa con la sierra, se comenzaron a cocinar ceviches de concha y camarón, con algunas particularidades que los convirtieron en platos con gusto quiteño. A raíz de la epidemia de cólera de 1990, se dejó de vender mariscos, el restaurante se adecuó una vez más y comenzó a ofrecer secos de chivo.  En la actualidad se vende también corvina, camarones, churrascos, apanados, locros de cuero, papa o queso, caldo de patas y yaguarlocros

De igual forma, la Heladería San Agustín busca rescatar platos tradicionales. Para esto han regresado al calendario gastronómico quiteño, que se basa en el calendario ritual que regía a la ciudad desde la época colonial. Para Corpus Christi, por ejemplo, preparan el rosero quiteño. El jucho o el puchero se cocinan en carnaval. En Semana Santa sirven fanesca y son uno de los pocos lugares donde todavía se hornea el pan de Jueves Santo. Las recetas para estos platos son herencia que ha sido transmitida dentro de la familia oralmente. Si bien existe un registro escrito de las recetas exactas de cada plato, la sazón ha sido transmitida oralmente y es patrimonio de la familia. 

Además de los platos señalados, la Heladería San Agustín ofrece una amplia variedad de dulces quiteños, tales como las quesadillas y los aplanchados.

Visita Pichincha

  • Dirección: Guayaquil N5-59 Y Mejía
  • Atención: lunes a domingo, de 10h30 a 17h30 

 




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